Las calles de Barcelona lucían este sábado llenas de turistas de todo el mundo. Después de varias campañas de Semana Santa marcadas por la covid y las restricciones a la llegada de visitantes asiáticos, la normalidad de este año anticipa un verano totalmente prepandémico.
En el frente marítimo, la Rambla y el Gótico había esta mañana riadas de viajeros. Aunque la mayoría eran europeos también los había venidos de Asia.
La llegada de varios cruceros a la capital catalana también ha incrementado la actividad de los guías turísticos, que se acumulaban en puntos como la plaza Sant Jaume.
A pesar del aumento de costes y precios, el ritmo de trabajo genera optimismo del sector turístico, con los bares llenos y muchas tiendas previendo aumentos de plantilla.