El Ayuntamiento de Barcelona prepara una profunda reordenación de las terrazas de restauración en la Rambla a partir de 2026 con el objetivo principal de ganar espacio para los peatones y reforzar la nueva identidad de uno de los ejes más emblemáticos de la ciudad. La medida se enmarca en las obras de reurbanización de la vía y supondrá la liberación de 1.436 metros cuadrados, lo que permitirá incrementar en un 33% el espacio destinado al paseo en el tramo central.
La responsable de Promoción Económica, Raquel Gil, ha admitido que la nueva ordenación comportará cambios relevantes en la actual configuración de las terrazas y ha dado por hecho que habrá una reducción del número de mesas. Aun así, ha remarcado que todavía se está negociando con Amics de la Rambla y el Gremi de Restauració la afectación concreta sobre los negocios. “El objetivo final tanto de la reurbanización como de la reordenación final de las terrazas es conseguir más espacio para los peatones”, especialmente entre el Liceo y la estatua de Colón, haciéndolo “compatible” con la viabilidad económica de los establecimientos.
Las obras entrarán en una nueva fase a partir del 19 de enero, cuando comenzará la reforma de la mayor parte del ámbito central. Esta etapa obligará a retirar temporalmente algunas terrazas y comportará también la reubicación provisional de quioscos de prensa y de las paradas de floristas. Según el calendario previsto, durante el mes de enero se ejecutarán trabajos de infraestructuras, pavimentación, alumbrado e instalación de mobiliario urbano en diferentes tramos, desde el Liceo hasta el Pla de l'Os y la calle Nou de la Rambla.
Desde noviembre, las obras ya han afectado el tramo central entre la plaza de Catalunya y las calles de Santa Anna y Bonsuccés, con la retirada de las terrazas de tres locales y la previsión de reubicar temporalmente tres quioscos de venta de prensa. Con la ampliación de la zona en obras, a partir de enero también se suspenderán temporalmente las licencias de las terrazas afectadas.
Actualmente, en la Rambla hay 62 locales de bar o restaurante, que representan el 30% de los comercios activos, y aproximadamente la mitad disponen de licencia de terraza. Hasta ahora, estas podían ocupar espacios tanto en el tramo central como en las aceras laterales. Con la nueva ordenación, todas las terrazas deberán ubicarse exclusivamente en el tramo central y deberán respetar distancias estrictas para garantizar la comodidad y la seguridad de los peatones, manteniendo libres salidas de metro, monumentos, jardineras, alcorques y elementos de señalización.
Como criterio general, el nuevo diseño permitirá pasar de los 2,40 metros de anchura libre actual en los puntos más congestionados a entre 8,50 y 9,60 metros, según el tramo. Esto supone triplicar el espacio disponible para el paso de personas, según defiende el consistorio. Sin embargo, Gil ha reconocido que el espacio “es finito” y que, si se quiere dar más protagonismo al peatón, “habrá una reducción de terrazas”, aunque el porcentaje exacto “se está terminando de construir”.
Desde el sector, el director general del Gremi de Restauració, Roger Pallerols, ha subrayado que todavía no hay un acuerdo cerrado. “Yo no daré nada por hecho”, ha afirmado, insistiendo en que la reordenación para ganar espacio de paseo “no necesariamente ha de implicar una reducción de mesas y sillas”. En este sentido, ha asegurado que trabajan para “minimizar el impacto en mesas y sillas” y encontrar un equilibrio que haga “compatible” el nuevo modelo de Rambla con la continuidad de los negocios. Pallerols ha valorado positivamente la predisposición al diálogo y la “cintura” mostrada por todas las partes durante las negociaciones.
El presidente de Amics de la Rambla, Àlex Balletbó, ha defendido que el proceso sea equitativo y ha remarcado la importancia de que “todo el mundo pierda más o menos lo mismo”. Ante la posibilidad de una reducción de espacios, ha confiado en que esta se pueda compensar con una mejora de la calidad del producto y del servicio, y ha puesto en valor los beneficios que las terrazas aportan a la vitalidad de la vía.
Paralelamente, el Ayuntamiento también trabaja con el sector para actualizar la imagen de las terrazas, definiendo conjuntamente los elementos que las configurarán para adaptarlas a la nueva Rambla y mejorar su calidad visual.
El proceso, sin embargo, no está exento de críticas. El concejal de Barcelona en Comú Jordi Rabassa ha denunciado que la reordenación se está haciendo con “desinformación”, especialmente hacia las floristas afectadas por los traslados provisionales. Rabassa ha lamentado la “obsesión” del gobierno municipal por acelerar las obras “y poder hacer una inauguración fastuosa”, lo que, según él, ha generado “un caos que era perfectamente evitable” y ha dejado a los paradistas sin información clara sobre cuándo y dónde deberán trasladarse.