Barcelona reafirma y da un paso adelante en su compromiso en la lucha contra el cambio climático y aprueba el Acuerdo Climático de Ciudad, que incorpora el Compromiso de Barcelona hacia la neutralidad climática en 2030, la hoja de ruta de descarbonización de la ciudad. Esta es la concreción que hace Barcelona en el marco de la Misión europea de las 100 ciudades inteligentes y climáticamente neutras en 2030. En abril del año pasado la Comisión Europea seleccionó a Barcelona como una de las 100 ciudades que participa en este proyecto europeo que pretende abrir camino para que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes sean climáticamente neutras en el año 2050. Barcelona es una de las siete ciudades españolas que han sido seleccionadas para participar en la Misión, junto con Madrid, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Valladolid y Vitoria.
La participación en la Misión europea permite acelerar la transición energética y climática de la ciudad, con la concreción de las medidas municipales a desarrollar y otros compromisos que se adquirirán con el tejido empresarial y social de la ciudad y con el resto de administraciones.
El documento marca las líneas para el despliegue y seguimiento de las acciones para conseguir la neutralidad climática, proyectadas sobre los sectores clave para el funcionamiento de la ciudad y que son los principales generadores de emisiones de gases de efecto invernadero: la movilidad y el transporte, los edificios y el entorno construido, la generación de electricidad, los residuos y la infraestructura verde y el agua.
En cuanto al ámbito del transporte, hay una apuesta inequívoca por el transporte público, con más infraestructura que mejore la competitividad, poniendo el foco en la trama interurbana y trabajando juntos con el resto de administraciones. También apuesta por avanzar en la renovación de las flotas de vehículos de transporte público con tecnologías bajas en carbono. Por otra parte, se prioriza la transformación de la trama urbana con criterios de movilidad sostenible y la mejora de la accesibilidad y el confort de los desplazamientos a pie, además de consolidar una infraestructura ciclista segura y fomentar las zonas park&ride en colaboración con el resto de administraciones. Otros ejes de movilidad que se detallan son el impulso del vehículo eléctrico y la Estrategia para la Distribución Urbana de Mercancías (DUM) 2030.
En cuanto a los edificios, el documento incide en el hecho de que es necesario avanzar en el conocimiento de nuevos sistemas y soluciones constructivas para favorecer la protección ante las temperaturas extremas y en el desarrollo de nuevas prescripciones técnicas para conseguir más confort térmico en edificios residenciales. Además, apuesta por promover nuevas formas de edificación, con nuevos materiales y tecnologías que favorezcan la descarbonización, en un trabajo conjunto con el sector. En este ámbito, el consistorio se compromete a promover la innovación a través de concursos de proyectos y retos focalizados en encontrar soluciones constructivas especialmente adaptadas al clima mediterráneo.
La energía, y especialmente la generación de energía renovable, también juega un papel clave en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por eso se hace una apuesta por incrementar la infraestructura pública para la generación y el uso eficiente de la energía y se acelera la implantación de generación renovable en los edificios municipales. Además, también apuesta por mejorar los incentivos para la instalación de energías renovables por parte de los agentes privados y favorecer la creación de comunidades energéticas y autoconsumos compartidos en la ciudad.
En materia de residuos, se refuerza la minimización de la generación, apuesta por el estudio de sistemas individualizados de recogida de residuos domésticos y comerciales que consoliden la recogida selectiva y apunta a la búsqueda de acuerdos con el sector privado para establecer buenas prácticas en la reducción de envases y plásticos de un solo uso.
Aumentar el verde en Barcelona es también un eje esencial de actuación. Se apuesta por aumentar el número de espacios verdes, corredores verdes y adaptar la gestión con perspectiva de cambio climático. Además, también hay que aprovechar las cubiertas, fachadas y espacios interiores para colocar infraestructura verde. Por otra parte, es necesario profundizar en el conocimiento y la innovación de la gestión del agua y avanzar en el desarrollo de los sistemas alternativos de abastecimiento.
El compromiso, que ayer aprobó la Comisión de gobierno, ha sido presentado hoy a NetZeroCities, el consorcio designado por la Comisión Europea para gestionar la Misión de ciudades neutras, como paso previo a su presentación a la Comisión Europea y a la obtención del denominado “sello-misión” (“misión label”). El sello misión se entiende como un reconocimiento a la calidad y la viabilidad de los compromisos y planes expuestos en el Acuerdo Climático. Esta “etiqueta” servirá para conseguir ventajas en el acceso a financiación proveniente de programas de fondos europeos (de hecho, habrá fondos específicos reservados para las “ciudades misión”), adicionales a los fondos Next Generation que financian las acciones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Esta etiqueta también transmitirá confianza a los inversores privados y al resto de los grupos de interés interesados en este tipo de proyectos alineados con la misión.
El Ayuntamiento además se compromete a desarrollar en el próximo año una Medida de Gobierno de neutralidad climática 2030 y a revisar el documento periódicamente para aumentar la concreción de las medidas. En los próximos meses también se trabajará para formalizar el máximo de adhesiones con otras administraciones y con los agentes sociales y económicos de la ciudad. La neutralidad climática solo será posible de alcanzar si toda la sociedad de la ciudad se implica y colabora en hacerlo.