El Ayuntamiento de Barcelona pondrá en marcha un centenar más de espacios para llevar perros sueltos en la ciudad a partir de septiembre de 2023. Serán zonas de uso compartido (ZUC), como plazas o jardines, donde se permitirá hacerlo en ciertas franjas horarias. Estas 103 zonas se sumarán a las 116 áreas reservadas para perros que ya existen.
Así, ha explicado la teniente de alcaldía Laia Bonet, prácticamente todo el mundo que tiene un perro tendrá a menos de diez minutos de casa un espacio para pasearlo sin correa. Aparte, a partir de diciembre del año que viene entrará en vigor el régimen sancionador, que multará a los dueños que lleven al perro suelto fuera de estos espacios, ya que los animales deberán ir atados por la calle excepto en los espacios establecidos.
Todo ello tiene que ver con la Ordenanza de Protección, Tenencia y Venta de Animales (OPTVA), una normativa que fue aprobada en 2014, pero que aún tenía medidas sin desplegar. De hecho, la ordenanza ya preveía el régimen sancionador, pero hasta ahora había una moratoria que permitía que los perros fueran sueltos por todas partes si no se indicaba lo contrario.
Es decir, hoy por hoy es sancionable llevar al perro sin atar, por ejemplo, por un parque donde se explicita en un cartel la obligación de llevarlo atado, pero, por el contrario, está permitido hacerlo en la calle o en cualquier otro espacio si no se dice lo contrario. De aquí a un año ya no será así.
Calendario de aplicación
El primer paso para desencallar el despliegue de la normativa se dio en el pleno del mes pasado, cuando se aprobó suprimir el carné de tenencia responsable para hacer uso de los espacios. Ahora, este carné que no se había implementado nunca y era un trámite más de difícil gestión y control, ya no es necesario.
Una vez que el pleno de noviembre dio luz verde a este cambio, el Ayuntamiento publicará en los próximos días el decreto que establecerá los espacios reservados para su ocio, donde podrán ir sueltos. Estos espacios son las Áreas para perros (AG) y las Áreas de recreo para perros (AEG), 116 áreas de uso exclusivo para los animales, ya existentes o en construcción, y las Zonas de usos Compartidos en franjas horarias (ZUC) que se desplegarán a partir de ahora.
El decreto que ahora se aprueba inicialmente se someterá a un período de exposición pública y se prevé que pueda estar aprobado definitivamente en el mes de marzo. La entrada en vigor, y, por tanto, la implementación efectiva de las ZUC, se prevé nueve meses después, de cara al mes de diciembre de 2023, aunque se empezarán a señalizar desde el mes de septiembre. Hasta entonces se pondrá en marcha también una campaña informativa para explicar a los ciudadanos el funcionamiento de los nuevos espacios.
A partir de diciembre de 2023 comenzará a aplicarse el régimen sancionador previsto en la ordenanza y que prevé multas de entre 100 y 300 euros por llevar al perro suelto. En los parques infantiles, donde está prohibido, la multa es de 600 euros. Caso aparte es para los perros potencialmente peligrosos, que siempre deben ir atados, también cuando están en áreas para perros. En caso de que el perro suelto sea potencialmente peligroso la sanción va de los 300 a los 2.400 euros.
Zonas de uso compartido
En concreto, las llamadas ZUC son 103 espacios que se han identificado, en los cuales, en horarios determinados -principalmente a primera hora de la mañana o al atardecer- los animales de compañía podrán ir sin atar, compartiendo el espacio con otros usuarios que no tienen por qué ir acompañados de perro.
Son, por ejemplo, plazas, jardines, parques o calles. De estos 103 espacios, en 40 se podrá pasear al perro suelto en una franja de ocho o más horas al día. En el resto, serán franjas de menos de ocho horas. Más de la mitad de las zonas son zonas verdes.
En total, pues, con la puesta en marcha de las ZUC se duplicarán los espacios para el recreo de perros, pasando de los 116 actuales a 219 espacios totales. La teniente de alcaldía Laia Bonet ha destacado en declaraciones a los medios que así se multiplicará por veinte la superficie total disponible hasta llegar a 945.005 metros cuadrados y se dará respuesta a una necesidad palpable en Barcelona, donde se estima que hay 180.000 perros.