Barcelona extiende la detección de la pobreza energética a Bomberos, centros sanitarios y equipos de vivienda

28 de marzo de 2017 a las 16:32h
El Ayuntamiento de Barcelona amplía la red para detectar casos de pobreza energética a Bomberos, Centros de Atención Primaria (CAP); Centros de Atención y Seguimiento a las drogodependencias (CAS); las Unidades de Exclusión Residencial (UCER) y el Servicio de Intervención y mediación en situación de Pérdida y/o Ocupación de Vivienda (SIPHO), que aplicarán protocolos específicos para comunicar sus sospechas. En la presentación de este circuito, la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz, ha subrayado la voluntad de "ampliar los radares" para hacer "más clara la fotografía" de la pobreza energética en la ciudad a partir de los profesionales que "entran en los domicilios" o "saben cómo vive una familia". El consistorio ha evitado en el último año 1.100 cortes de servicios básicos en hogares en riesgo de exclusión con los informes de vulnerabilidad.
Al finalizar una intervención, los Bomberos de Barcelona rellenan desde la semana pasada unas parrillas con una serie de indicadores para detectar los hogares que sufren pobreza energética, como la presencia de braseros o bien de hornillos en la cocina en un edificio con suministro de gas; de velas o de lámparas sin bombillas; de goteras o de humedades o la acumulación de garrafas de agua de la calle, entre otros. Este nuevo encargo para los Bomberos, que ya derivaban a los servicios sociales casos de personas solas que viven en hogares deteriorados o bien con intentos de suicidio registrados, se enmarca en un acuerdo de colaboración suscrito con el Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS). La circular hecha llegar a los Bomberos, que ha contado con la colaboración de la Alianza contra la Pobreza Energética (APE), supone la inclusión de estos indicadores en los informes que se hacen desde el pasado 20 de marzo después de una intervención en el hogar. El comisionado de Seguridad, Amadeu Recasens, ha avanzado que el área de Seguridad está estudiando fórmulas para incluir a la Guardia Urbana en una segunda fase de este protocolo.
Una mirada existente, pero sin registro Miquel Àngel Fuente, jefe de la División Operativa de Bomberos de Barcelona, ha precisado que ya tenían "esta mirada" hacia la pobreza energética, pero que no dejaban registro, y ha reivindicado el "matrimonio" que forman con los servicios sociales en la atención a las víctimas. Por eso, para los Bomberos, ha dicho, ha resultado relativamente "fácil" incorporar este nuevo encargo, si bien la propuesta para elaborar los informes no es sencilla y ha requerido tres meses de trabajo. Recasens ha puntualizado que los nuevos parámetros en los informes no establecerán la pobreza energética como causa de un incendio, sino que servirán para detectar los hogares que la sufren. El comisionado de Seguridad ha subrayado la importancia de la transversalidad en este trabajo de detección precoz con el objetivo de "prevenir" situaciones de emergencia y vulnerabilidad.
Impactos de la pobreza energética en la salud Cuando un profesional sanitario detecte un posible caso de pobreza energética, lo derivará a los Puntos de Asesoramiento Energético (PAE). El Ayuntamiento de Barcelona ha comenzado a formar a los trabajadores sanitarios de los CAP y los CAS que dependen de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) para que conozcan este circuito. El viernes pasado hizo una primera formación a una sesentena de profesionales con el objetivo también de que haya un efecto cascada a la hora de transmitir los conocimientos. El consistorio prevé ampliar la formación a centros hospitalarios y de salud mental fruto de la colaboración con el Instituto Catalán de la Salud (ICS) y el Consorcio Sanitario de Barcelona. También se ha creado una mesa de trabajo con el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) y las diferentes administraciones implicadas para determinar las condiciones sanitarias que determinan una situación de dependencia energética y que requieren protección especial, según establece la Ley 24/2015. Los hogares donde viven personas afectadas por dependencia energética, como las que necesitan máquinas asistidas para sobrevivir, deben estar protegidas con las medidas reguladas en esta ley. La comisionada de Salud, Gemma Tarafa, ha avisado de que la pobreza energética "genera, ha generado y generará importantes impactos en la salud de los barceloneses". Tarafa ha desgranado cuatro grandes bloques de impacto: una mayor morbilidad y mayor mortalidad, con más incidencia de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y reumatoides; trastornos de salud mental; peores dietas familiares y problemas de aprendizaje y en el desarrollo psicomotor. Los equipos de intervención en materia de vivienda también han recibido formaciones específicas para reforzar la capacidad de actuación en la detección de pobreza energética. En caso de observar señales de alerta, está previsto que el SIPHO y las UCER realicen las comprobaciones pertinentes para saber si una persona es víctima de esta vulnerabilidad. Con todo, la verificación de estas situaciones se hace sobre todo a través de la conversación informal con la persona, ya que uno de los objetivos es no alarmarla y no estigmatizarla poniéndole la etiqueta de 'pobre'.
1.800 personas atendidas en dos meses en los Puntos de Asesoramiento Energético En paralelo a los nuevos protocolos, los Puntos de Asesoramiento Energético han atendido en dos meses a 1.800 personas, de las cuales 500 habían recibido avisos de corte por impago; concretamente, desde el 20 de enero, cuando comenzaron a funcionar, y hasta el 21 de marzo. De estas atenciones, 184 casos requirieron una intervención directa y urgente en el hogar. Una tercera parte de estos casos habían sido derivados desde los servicios sociales. El Ayuntamiento ha evitado 200 cortes de suministro en el último mes, 1.100 en el último año.
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