El Servei Català de Trànsit (SCT) pone en funcionamiento a partir del próximo lunes dos nuevos radares de tramo. El objetivo, según afirma el organismo, es reducir la velocidad excesiva, así como la siniestralidad vial.
Estos sistemas de control de la velocidad responden a las directrices fijadas en el Plan de seguridad vial (PSV) 2021-2023 y, añade la misma fuente, son una herramienta "eficaz" para alcanzar los objetivos europeos de reducción de las víctimas. Los radares estarán situados en la C-59 en Palau-solità i Plegamans, uno en cada sentido de la circulación, entre los puntos kilométricos 8,760 y 4,905, 3,855 kilómetros en total. El límite máximo de velocidad en este tramo es de 90 kilómetros por hora.
Con la entrada en funcionamiento de estos radares de tramo quedará inhabilitado el cinemómetro fijo de punto que había en la zona. El SCT indica que desde 2018 ha habido 22 accidentes con víctimas en este tramo, 2 de mortales.
Con la puesta en marcha de estos nuevos radares de tramo hay 202,12 kilómetros de la red viaria catalana controlados con este sistema. En total hay 40 radares de tramo en todo el país, y 250 contando los de cualquier tipo.
El SCT defiende el uso de estos aparatos porque evitan frenazos repentinos, cubren de forma efectiva un tramo entero de una vía, se obtienen velocidades más igualadas y uniformes a lo largo de todo el tramo, comportan un elemento disuasorio de gran efectividad sobre el comportamiento de los conductores y complementan los sistemas de control convencionales, como los radares microondas, de láser y los piezoeléctricos.
Según datos del SCT, el año pasado la velocidad excesiva o inadecuada intervino como causa en el 11,9% de los accidentes con víctimas en vías interurbanas en Cataluña, la misma cifra que se registró en 2019.
