Antonio Balmón: "El Ayuntamiento debe dar calidez e intensidad a la ciudad"

27 de julio de 2022 a las 14:25h

Cornellà de Llobregat es una de las ciudades del Área Metropolitana de Barcelona más pobladas. La pandemia y la crisis por la guerra de Ucrania ha modificado la agenda del cuarto mandato de Antonio Balmón al frente del Ayuntamiento, pero los proyectos más relevantes no se han detenido. La naturalización de la ciudad, las inversiones sociales o cómo quieren proyectar la Cornellà del futuro son algunos de los vectores clave. Su alcalde, Antonio Balmón, nos habla de ello en esta entrevista en La Ciutat.

El mandato ha venido marcado por la pandemia. ¿Cómo lo ha gestionado Cornellà?

Este es un mandato de las incertidumbres. Esperábamos recuperar toda una serie de iniciativas y poner en marcha nuevas actuaciones, pero nos encontramos otra vez con la gestión de la incertidumbre. Rápidamente, dimos respuestas a la pandemia. Al día siguiente del decreto estábamos en disposición de dar comida a 5.000 personas. Al terminar la semana habíamos creado una organización diferente de la que teníamos normalmente y sacamos una dotación extraordinaria que nos ahorraba todos los circuitos administrativos.

Todas las esperanzas que teníamos en este mandato se fueron y la solidez económica del Ayuntamiento permitió hacer durante dos años unos planes de actuación por el valor de 15 millones de euros. Los ayuntamientos hemos intentado estar cerca, ser útiles, dar seguridad y sobre todo no ir más allá de nuestras posibilidades.

¿Y cómo es la situación actualmente?

Estábamos recuperando algunos de los compromisos que creíamos relevantes como es la naturalización de la ciudad. Por otra parte, también programas menos visibles, pero necesarios: organización de gente joven sin referentes, tratar el tema de la soledad o la formación de humanidades. Finalmente, intentamos hacer la ciudad de las cinco horas. Cinco horas por la mañana y cinco horas por la tarde donde puedes encontrar diferentes actividades. La iniciativa va dirigida a la gente que está jubilada o trabaja por las tardes, que también las queremos encuadrar en la ciudad desde un punto de vista cultural y deportivo.

Supongo que ha sido complicado porque el ayuntamiento es la primera puerta a la que llama el ciudadano.

Los ayuntamientos son un paliativo. No puedo garantizar a alguien que podré hacer un tratamiento intensivo. Veníamos del anterior mandato de aumentar gastos y contratar a más gente del paro, entre 200 y 300 personas. Ahora estamos llegando a las 200 personas. Son mucho dinero y muchos esfuerzos. El dinero que ganan estas personas es como para pagar el alquiler, hacer la compra y cubrir las necesidades básicas. Por lo tanto, estimulan la autoestima de estas personas.

Algunos alcaldes comentan que se ha hecho corto el mandato y que podría durar 5 años. ¿Es un pensamiento común?

Al final, son cuatro años. En septiembre-octubre del año pasado empezamos a preparar este año. Y pensábamos que tendríamos que dinamizar la ciudad, dar excusas para que la gente saliera a la calle, consolidar nuevos equipamientos o poner en marcha una nueva concesión de recogida de residuos. No esperábamos encontrarnos en una situación como la guerra de Ucrania que tiene consecuencias sobre nosotros, no solamente humanitarias. La guerra nos ha dejado en un estadio que no sabes hacia dónde irás y nos tenemos que volver a replantear los servicios que teníamos previstos. El Ayuntamiento tiene los recursos suficientes para afrontar esta situación, pero no puedo pensar solo en este año, tenemos que pensar a medio plazo. Si tienes la posibilidad de ahorrar sin recortar, debes ser prudente. Soy optimista, aunque también soy realista.

La limpieza de las calles o la recogida de residuos es una de las principales competencias de los ayuntamientos. Todo el mundo quiere tener limpia la calle. Además, ahora habéis instalado 1500 contenedores inteligentes. ¿Cómo se encuentra este ámbito actualmente?

Siempre explico que los que en un año se presenten a las elecciones municipales también se presentan a esto. Que la ciudad funcione en la parte básica, que quizás tiene poca épica. El Ayuntamiento le debe dar calidez, intensidad, calidad y capacidad a la ciudad. Entonces uno debe aterrizar las ideas universales a nivel local. Cuando hablas del medio ambiente, debes incorporar elementos de actuación que lo permitan concretar. Por ejemplo, los contenedores que hemos metido para una nueva forma de recoger y unas nuevas conductas. Se han incrementado también los recursos a la guardia urbana, no porque tengamos un problema de inseguridad, sino porque no lo queremos tener y nos anticipamos.

Después hemos puesto en marcha una escuela de música nueva y dos bibliotecas. Al final, tendremos cinco bibliotecas. Son nuestras bases de ciudad, que deben ser sólidas. Además, todo lo que se pone en marcha ya está pagado.

¿De qué inversiones gordas hablamos este mandato?

Entorno a 20 millones de euros destinados a la naturalización de la ciudad. A hacer actuaciones que no van contra los coches, pero regulan la convivencia con la movilidad sostenible (bicicletas, peatonales, vehículos eléctricos). Además, evitamos la crispación y lo hacemos sin imposiciones, mostrando que la calle tiene otras funciones. Hay gente que no está de acuerdo, pero gobernar una ciudad implica saber que se toman decisiones que no gustan a todo el mundo. Lo intentamos explicar y que todo el mundo entienda que debe hacer concesiones.

Hablamos de la crisis ecológica. ¿Qué hacéis para avanzar en la transición energética en Cornellà?

En el tema de la iluminación, pensamos más en tener calles seguras. Es uno de los compromisos de este mandato. A la 1 de la madrugada en la misma calle tú y yo no tenemos la misma percepción de seguridad, aunque no pase nada. Trabajamos para que cuando vas por la calle puedas ver la profundidad de la calle y que no haya ninguna zona oscura. Hoy en día esto lo puedes reforzar sin contaminar más. Por otra parte, también trabajamos con la instalación de placas solares en los equipamientos.

Ha iniciado un nuevo ciclo de conferencias para hablar sobre el futuro del municipio. ¿Qué esperáis conseguir?

En 2008 ya hicimos una alianza con muchas entidades y gente para salir de la crisis. Nos dio un resultado de contacto con 40 entidades. Después lo hemos ido renovando y ampliando a la Alianza Cívica contra la Pobreza. Entonces, pensamos que era el momento de encontrar un espacio para conversar como la gente veía el futuro en términos de movilidad, de cultura, de comportamientos digitales, urbanismo, etc. Ya se han hecho reuniones con gente interesada y ha participado unas 50-70 personas. Nos permite compartir la ciudad de futuro.

El que me interesan son las alianzas que tenemos en la ciudad y sumar. Lo que me preocupa es cómo fortalecer lo que hay. Sobre todo es evidente que hay problemas económicos, sociales y tecnológicos, pero quiero acompañarlo con un progreso local. Es el gran valor de una comunidad.

¿Cómo gestionáis todas las entidades culturales y en qué estado se encuentra la recuperación en este ámbito?

Soy un defensor de estas entidades. Sin ellas no podríamos hacer todo lo que hacemos por la ciudad. Sus aportaciones son muy interesantes. Ahora estamos recuperando estas actividades desde el punto de vista de reforzar nuestra identidad de proximidad y volver a ocupar la calle. El papel de reencontrarnos lo juegan estas entidades. En estos momentos, todo está en el camino de hacer comunidad y la normalidad.