La ciencia ciudadana de la plataforma del CSIC Observadores del Mar y los trabajos de vigilancia de especies foráneas que llevan a cabo la Agencia Catalana del Agua (ACA) con el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) han permitido detectar, en la costa barcelonesa, una nueva alga invasora.
Los colaboradores de Observadores (y miembros de la Federación Catalana de Actividades Subacuáticas-FECDAS), Eduardo Alcañiz, Sara Riera y Guillermo Álvarez fotografiaron, aprincipios de este mes de junio, un alga situada en el fondo marino de la zona del Puerto Fórum de la ciudad de Barcelona.
Después de analizar las imágenes y hacer las comprobaciones in situ, los investigadores del CEAB CSIC han determinado que se trata de la especie Asparagopsis taxiformis, un alga roja de la familia de las Bonnemaisoniáceas que es habitual en las zonas tropicales cálidas del Atlántico y el Indo Pacífico.
Esta alga tiene un importante potencial invasor, pudiendo llegar a cubrir los fondos de roca desde la superficie hasta los treinta metros de profundidad, incluso creciendo sobre otras algas y plantas marinas. Puede provocar modificaciones en los ecosistemas marinos, alterando los hábitats y desplazando o haciendo desaparecer especies autóctonas.
Ya se sabía que el alga se encontraba en fondos rocosos de las Islas Baleares, en el litoral de Andalucía y en el de Murcia y Valencia. En 2017 (también vía Observadores del Mar, a través del colaborador Pablo Ruiz) ya se detectó un ejemplar en aguas catalanas, en la costa tarraconense. Ahora se ha constatado su diseminación hacia el norte.
Introducción favorecida por la temperatura del agua
El género Asparagopsis incluye dos especies que conviven en el Mediterráneo: A.armata (distribución restringida a las aguas más frías de la Costa Brava) y A.taxiformis (propia de aguas más cálidas, que no se había constatado que estuviera presente en la costa catalana, y con comportamiento invasor).
El hallazgo de la Asparagopsis taxiformis en la costa catalana, concretamente en el litoral barcelonés, se asocia al incremento de temperatura que estamos sufriendo en el mar, afirman los expertos del CEAB-CSIC.
Se cree que esta especie invasora, presente en prácticamente todos los mares tropicales y subtropicales, habría sido introducida en el Mediterráneo desde el océano Índico a través del Canal de Suez, una de las principales vías de introducción de especies foráneas (por el transporte marítimo). Aunque no se puede descartar aún la hipótesis de su transporte desde el Atlántico hasta el Estrecho de Gibraltar y desde allí hacia nuestras costas.
La vigilancia de especies invasoras
La Agencia Catalana del Agua (ACA) desarrolla desde hace años, en colaboración con el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), programas de vigilancia de especies invasoras en el medio marino.
Se estudia el estado de las masas de agua costeras en relación con las especies introducidas, la dispersión de especies relativamente recientes y se hace el seguimiento de la colonización y evolución de estas especies para evitar que perjudiquen gravemente los ecosistemas autóctonos.
Cuando se detectan nuevas especies, se indexan y se incorporan al seguimiento. En esta parte tiene un papel importante la ciencia ciudadana, con iniciativas como Observadores del Mar, que aportan datos que el equipo científico se encarga de validar y que complementan las que obtiene de manera directa, a través del trabajo de campo en diferentes puntos de la costa. La información verificada se proporciona a la ACA para que fundamenten las actuaciones dirigidas a preservar nuestros ecosistemas acuáticos.
Esta nueva detección muestra, una vez más, la importancia de la validación científica de los datos obtenidos en iniciativas de ciencia ciudadana, así como la relevancia de transferirlos a los gestores para la toma de decisiones.