El programa ‘First Dates’ ha vuelto a reunir a dos catalanes que visitaban el programa en busca del amor —y lo que no es amor— y que han vuelto a sorprender a la audiencia.
Raquel es una barcelonesa de 21 años que está estudiando trabajo social y criminología, pero lo que más sorprendió de todo es que le explicó al presentador Carlos Sobera que tiene “poderes extrasensoriales”.
Según detalló durante el programa, cuando era pequeña empezó a soñar con la muerte de conocidos que después se hacían realidad: “Soñé con la muerte del padre de una amiga y un mes después se murió, no estaba enfermo ni nada”. “Mis amigos no quieren que sueñe con ellos”, añade.
Raquel indicó que para ella el poeta Federico García Lorca es un refugio, pero que en cuanto a gustos en los chicos, los prefiere “más del estilo cani”. Y cuando ha visto a Àlex, parecía que podía ser la elección perfecta para ella, pero todo se ha ido torciendo a lo largo de la cita.
Àlex es de Granollers, tiene 23 años y reconoce que tiene éxito con las chicas, aunque más que guapo, se considera atractivo. Que ambos fueran de la provincia de Barcelona podía facilitar las cosas, así que la cita ha empezado bien.
Cuando Àlex ha preguntado por los tatuajes de Raquel, y ella le ha preguntado si sabía quién era Lorca, el chico no ha sabido responder y finalmente ha espetado un “ese día falté a clase”. A partir de aquí, la cita ha ido a peor.
El de Granollers le ha comentado a su cita que busca una relación abierta, y ella, que no buscaba nada específico, ha mostrado que no le parecía mal, aunque nunca había tenido pareja más allá de un chico de tres días.
Raquel quiere ser la presidenta de Cataluña
La cita ha continuado avanzando y han empezado a hablar de sus planes de futuro. Raquel, que de falta de ambición no tiene nada, ha explicado que quiere llegar a ser “presidenta de Cataluña”, un hecho que ha sorprendido a Àlex.
El chico, en cambio, se ha centrado en hablar de una de sus aficiones: el gimnasio. Ha intentado convencerla para que venza su vergüenza y también vaya. Finalmente, Àlex ha confesado que lo que más le ha gustado de ella eran sus ‘pírcings’, “el del pezón y el del ombligo”, dejando muy sorprendida a la chica, que creía que no se le veían.
Al levantarse y mostrar mejor su cuerpo, Àlex le ha dicho que le gustaba y le quedaba bien el negro, pero ha mentido: Más tarde ha confesado que no sentía atracción física por ella, aunque le gustaba que ella pensara que sí.
Durante la decisión final, Àlex ha acabado rechazando tener una segunda cita sentimental con Raquel, pero la chica le ha dado la vuelta a la situación “yo no he dicho eso, he dicho que podíamos quedar y ver…”.