Los 17 radares de tráfico del interior de Barcelona que se estrenaron el año pasado comenzarán a sancionar a los conductores que superen la velocidad permitida a partir de este lunes. Desde el mes de septiembre, se han limitado a avisar a quienes circulaban a más de 30km/h por 12 puntos de la ciudad o bien a más de 50km/h en cinco grandes avenidas: la calle de Aragó, entre las calles del Comte d'Urgell y de Casanova; la Gran Via de les Corts Catalanes, en el cruce de las calles de Sant Roc y Sant Germà; la avenida Diagonal, en el cruce con la calle de Numància y entre la plaza de Pius XII y el Palau de Pedralbes, y en el número 70 del paseo de la Bonanova.
El resto de puntos, donde la velocidad máxima permitida es de 30 km/h, son la calle de Numància (entre las calles de Anglesola y de Déu i Mata), Pau Claris (en el cruce con la calle de Aragó), Mallorca (entre las calles de Nàpols y de Roger de Flor y entre las calles de la Muntanya y de Fontova), travessera de Gràcia (entre las calles de Aribau y de Alfons XII), la calle de la Indústria (entre la calle de Sant Quintí y la de Conca), Sant Antoni Maria Claret (entre la calle de Trinxant y del Guinardó), Balmes (entre la calle de Marià Cubí y la travessera de Gràcia y entre la calle del Francolí y la calle de les Santjoanistes), Entença (entre las calles de Provença y del Rosselló), Sardenya (entre la calle de Taxdirt y la travessera de Gràcia) y Muntaner (entre las calles de Còrsega y del Rosselló).
12 de los 17 radares están situados en entornos escolares y el resto están en ubicaciones consideradas de riesgo debido a la circulación a velocidades inadecuadas. Su puesta en funcionamiento se enmarca en el objetivo del Ayuntamiento de Barcelona de reducir la velocidad habitual del tráfico rodado en la ciudad hasta los 30km/h.