La falta de vivienda se ha situado en el centro de las preocupaciones del tejido empresarial andorrano y amenaza con condicionar el crecimiento económico del país. Así lo concluye la 57ª Encuesta de clima empresarial de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Andorra (CCIS), presentada este lunes, que señala el acceso a la vivienda como uno de los principales obstáculos para la captación de mano de obra y la continuidad de la actividad empresarial.
El presidente de la Cámara, Josep Maria Mas, ha reconocido que la economía andorrana mantiene una evolución positiva, pero ha admitido una creciente inquietud entre los empresarios por los desequilibrios internos. “El crecimiento es moderado pero sólido, y estamos alineados con el entorno exterior, pero hay factores que preocupan, especialmente la vivienda”, ha afirmado en declaraciones a la ANA.
Según Mas, la crisis residencial tiene una incidencia directa sobre el mercado laboral. “Sin trabajadores no podemos tirar adelante, y los pocos que llegan tienen muchas dificultades para acceder a un piso”, ha advertido. En este contexto, ha defendido la necesidad de abordar el problema de manera coordinada con el Govern para encontrar fórmulas que permitan hacer viable la llegada de nueva mano de obra. “La parte residencial es la que puede acabar impidiendo esta incorporación de gente”, ha alertado.
En cuanto a las posibles vías de solución, Mas ha apuntado que el aumento del salario mínimo —una línea que ya trabaja el Ejecutivo— puede ayudar parcialmente, pero también ha advertido que la falta de personal acabará tensionando aún más los salarios. “La falta de trabajadores hará que los niveles salariales suban, pero no tenemos todos los datos para dimensionarlo con precisión”, ha añadido.
Crecimiento moderado en un contexto incierto
Los datos del departamento de Estadística indican que el PIB de Andorra creció un 2,2% interanual en el segundo trimestre de 2025, un ritmo inferior al de 2024 pero por encima de la media previa a la pandemia. La Cambra valora positivamente esta evolución, aunque remarca un cambio de tono hacia la prudencia. “Nos movemos en una línea similar a la de los países vecinos, lo que permite una lectura positiva, pero con más moderación”, ha explicado Mas.
El informe también refleja la cautela empresarial ante un escenario internacional incierto y ante problemas estructurales internos como el coste de la vida, la presión sobre las infraestructuras y, sobre todo, la falta de vivienda, que pueden limitar el crecimiento en los próximos meses.
Un reto estructural pendiente
Desde la Cámara insisten en que el problema de la vivienda no es nuevo, pero sí cada vez más determinante. “Es una cuestión que arrastramos desde hace tiempo y que no facilita que haya más oferta de alquiler”, ha señalado Mas, que ha reiterado que el tema se traslada de manera constante al Govern, tanto en clave de inversión pública como privada.
Sobre la posibilidad de regular los precios del alquiler, el presidente de la CCIS se ha mostrado prudente y ha evitado posicionarse sobre medidas concretas, apuntando que habrá que encontrar un equilibrio entre precios de la vivienda y salarios para garantizar la sostenibilidad del modelo.
De cara al 2026, las perspectivas apuntan a la continuidad del crecimiento, pero con una tendencia clara a la desaceleración. Un escenario que, según la Cámara, exigirá afrontar los desequilibrios estructurales si se quiere mantener una economía competitiva. “Los empresarios encaran el próximo año con prudencia, porque estamos muy condicionados por el entorno”, ha concluido Mas.
