La treintena de vecinos que viven en los 13 pisos del edificio situado en la avenida Santa Coloma número 28 de Andorra la Vella ya pueden regresar a sus hogares. Así lo ha informado hoy el cónsul menor, David Astrié, una vez recibidos los avales técnicos que determinan que no se han producido movimientos después de efectuar unos trabajos necesarios de consolidación de los cimientos.
El pasado 16 de febrero el Comú decretaba la orden de desalojo preventivo del inmueble. La decisión la tomaba el cónsul menor justo después de reunirse con los ingenieros que hacen el seguimiento de este edificio que presenta fisuras desde hace unos meses y al constatar en aquel momento la necesidad de realizar unos trabajos urgentes de consolidación.
Aunque en ningún caso ha habido peligro de derrumbe, se optó por desalojar a los vecinos porque los trabajos podrían generar vibraciones e incluso algún susto derivado del asentamiento del pilar afectado.
Si bien algunos de los vecinos han optado por vivir durante estos días en casas de familiares, la mayoría se ha alojado en hoteles de la parroquia. Todos ellos, incluyendo el taller mecánico que se encuentra en los bajos del edificio, podrán volver con normalidad a ocupar sus pisos a partir de esta tarde.
El cónsul menor, David Astrié, ha remarcado que el Comú ha actuado con diligencia, precaución y responsabilidad, y ha recordado que los trabajos de consolidación del inmueble se han realizado de manera muy rápida para facilitar lo antes posible el regreso de los vecinos a sus domicilios. También ha expuesto que se continuarán las tareas de seguimiento en el inmueble por parte de los ingenieros.
El propietario del edificio, Josep Palmitjavila, ha celebrado que todos los vecinos puedan retornar ya desde hoy mismo a la normalidad y, a la vez, ha querido agradecer la buena predisposición y rapidez del Comú para estabilizar el edificio.
Los costes de la reparación y consolidación de la estructura, así como la sustitución de un tramo del alcantarillado del edificio han sido asumidos en primera instancia por el Comú y ascienden a 30.000 euros. El Comú también se ha hecho cargo de los gastos de alojamiento y manutención de las personas que han estado durante los últimos días reubicados en varios hoteles de la parroquia.
