El consumo del alumbrado público de la parroquia de La Massana durante el mes de abril ha sido de 57.260 kw, mientras que en abril del año pasado la cifra se situaba en los 73.030 kw. La evolución a la baja del consumo se está haciendo de forma progresiva, ya que el Comú de La Massana inició el año pasado una campaña de sustitución de bombillas de vapor de sodio por leds, además de otras medidas para reducir el consumo energético.
“Nuestro objetivo es doble: por un lado, reducir al máximo el consumo de energía, una medida que forma parte del plan de sostenibilidad que aprobamos a principios del mandato; y por otro lado, garantizar la calidad de nuestro cielo oscuro ya que, como sabéis, tenemos el sello de Destino Turístico y Reserva Starlight”, explica la cónsul menor, Eva Sansa. Por eso, la luz de las farolas ilumina la calzada pero no se expande hacia arriba.
Durante estos primeros meses del año se están instalando las 472 luces que se adquirieron a finales del pasado ejercicio. Se trata de un sistema de iluminación regulable, de 70 w hasta las 12 h y que baja hasta los 40 w hasta que se hace de día. Además, en las diferentes urbanizaciones, se mantiene la medida de iluminar una farola sí una farola no. También continúan apagados una de las dos luces de las farolas con doble brazo de las avenidas Sant Antoni, el Ravell y el Través.
Para este 2023, se ha realizado una inversión de 173 mil euros en alumbrado, para acabar de completar la campaña.
“Estamos buscando la máxima eficiencia, consiguiendo el mínimo consumo”, asegura Sansa, que añade que “de forma paralela seguimos trabajando para encontrar fuentes de energía alternativas para los edificios comunales, además de mantener medidas para reducir al máximo el consumo, que estamos aplicando desde el año pasado.