Juventud retoma el ciclo 'Cocina sin padres' en las nuevas instalaciones de El Rusc

27 de octubre de 2021 a las 19:07h

El proyecto Cocina sin padres, que organiza el servicio de Juventud desde marzo de 2017 para dar herramientas a los jóvenes para ser autónomos en la cocina y poder elaborar menús sanos, vuelve tras el parón obligado por la pandemia. Además, desde este miércoles una decena de jóvenes han vuelto a ponerse detrás de los fogones en unas nuevas instalaciones, en los espacios de El Rusc ubicados en el Estadio Comunal Joan Samarra Vila.

Esta edición ya presencial de otoño ha comenzado con una clase de cocina de Senegal con la colaboración de los miembros de la asociación Africand, que han hablado de su cultura y han enseñado a los asistentes a preparar dos recetas muy típicas: Fataya (una empanada rellena con carne o pescado) y Bissap (una bebida hecha con flor de hibisco).

El ciclo continuará el próximo 10 de noviembre con una actividad de cocina para celíacos con la Asociación de celíacos de Andorra, en la que los jóvenes aprenderán a cocinar pasta sin gluten y las medidas que hay que tomar para evitar la contaminación cruzada a la hora de preparar recetas específicas para personas intolerantes al gluten. El programa se cerrará el 15 de diciembre con una sesión para descubrir el ritual del té, de la mano de la empresa Love drink tea, y en la que se maridarán diferentes tipos de tés con quesos y frutos secos.

En este regreso del Cocina sin padres se han querido, pues, ofrecer actividades variadas relacionadas con el mundo de la gastronomía, para que los jóvenes experimenten las diferentes maneras de entender la cocina y conozcan otras culturas. También se pretende, a la vez, que puedan decir la suya para poder programar los próximos ciclos en función de sus intereses.

El consejero de Deportes y de Juventud, Alain Cabanes, ha celebrado la reanudación del ciclo de forma presencial y, a la vez, ha recordado que durante la pandemia se llevaron a cabo diferentes conexiones telemáticas con los jóvenes para ofrecerles actividades de su interés, entre las que estaban las clases de cocina con profesionales y talleres donde ellos mismos fueron los protagonistas explicando sus recetas. También ha resaltado el interés de un ciclo como el Cocina sin padres para potenciar buenos hábitos alimenticios entre los jóvenes y dotarlos de autonomía en los fogones.

Como es habitual en el Cocina sin padres se articula con la colaboración de las entidades y los profesionales de la gastronomía del país.

Cada taller tiene un máximo de 12 plazas y se espera, como en las ediciones anteriores, llenarlas todas. La actividad está abierta a todo el mundo, aunque se priorizarán las inscripciones procedentes de Andorra la Vella.