Finaliza la excavación del túmulo del Cubil, el primer monumento megalítico de Andorra

07 de julio de 2025 a las 10:21h

Andorra da un paso adelante en el conocimiento de su historia con la confirmación del primer monumento megalítico excavado en el país, el túmulo del Cubil, ubicado en la Ruta dels Orris d'Encamp. Se trata de un descubrimiento de importante relevancia arqueológica que pone en valor el patrimonio cultural andorrano y llena un vacío en la comprensión de las primeras ocupaciones humanas en la alta montaña.

Este hallazgo se enmarca dentro del proyecto de investigación conjunta entre la comuna de Encamp y el Govern, a través del departamento de Patrimonio Cultural, bajo la dirección del arqueólogo Josep Font Piqueras, de una empresa especializada. El objetivo principal del proyecto es profundizar en el conocimiento de la ocupación de la alta montaña, desde la prehistoria hasta la actualidad, así como en el aprovechamiento de los recursos naturales.

La directora del departamento de Patrimonio Cultural del Gobierno, Isabel de la Parte, ha asegurado que, con este descubrimiento, Andorra consolida la apuesta por la investigación científica, la protección del patrimonio y la divulgación cultural, situándose en el mapa europeo de los estudios de prehistoria en la alta montaña.

Por su parte, la directora de Higiene, Medio Ambiente y Agricultura y responsable del área de Patrimonio natural de la comuna, Vanessa Carrascosa, ha relatado que este proyecto también permite poner en valor este legado mediante la Ruta dels Orris d'Encamp, un itinerario cultural que conectará estos yacimientos únicos.

El proyecto se inició en 2019 con los primeros sondeos, y entre 2024 y 2025 se ha llevado a cabo la excavación en extensión, que ha permitido documentar una estructura megalítica imponente, un túmulo de 14 m de diámetro estructurado alrededor de una cámara funeraria cubierta por una gran losa, inédita en el país, que se integra en la tradición de la del megalitismo del Pirineo. Además, la arquitectura documentada responde a una forma singular de megalitismo de alta montaña, con una cámara conformada parcialmente por bloques naturales y otros colocados expresamente.

Según el arqueólogo Josep Font, la singularidad del descubrimiento abre una nueva vía de interpretación para el megalitismo pirenaico y podría explicar el aparente vacío de megálitos en la alta montaña, que el dolmen del Cubil desmiente de lleno.

El presupuesto total de las dos intervenciones arqueológicas previstas en la ruta de Els Orris d'Encamp para 2025 —el túmulo del Cubil y L'Orri de l'Estany Forcat— es de 80.000 euros, financiados a partes iguales entre la comuna de Encamp y el departamento de Patrimonio Cultural.

El túmulo del Cubil 

Una construcción de más de 4.000 años de antigüedad

La excavación del túmulo del Cubil, aparte de aportar varios fragmentos cerámicos hechos a mano, ha permitido recuperar material orgánico, que ha sido fechado radiocarbónicamente. Los resultados de las dataciones aportan un horizonte de construcción entre el 2340 y el 2064 AC (neolítico final/calcolítico-edad del bronce inicial) y una remoción muy puntual y limitada de una pequeña zona del túmulo que dataría entre 1187-929 AC (edad del bronce final). Mientras que, la ocupación previa a la ocupación del túmulo, se sitúa entre 2850- 2488 AC (neolítico final/calcolítico).

Los trabajos también han permitido acreditar que la cámara sepulcral fue expoliada, con un desplazamiento mínimo de la losa de cubierta para acceder al interior del sepulcro. El expolio, según Font, es un indicador de la naturaleza sepulcral del monumento, ya que sólo se expolia lo que se presume que contiene un depósito. Al mismo tiempo, este expolio es la causa más probable de la ausencia de ajuar.

Además, tampoco se han localizado restos óseos, al igual que ha pasado a las intervenciones realizadas en la Ruta de los Orris. El arqueólogo encargado del proyecto ha indicado que la ausencia de huesos en este hallazgo se explica por la elevada acidez del suelo, con valores de pH entre 4,5 y 5,1, combinada con la dinámica hidroclimática extrema y la actividad biológica de este entorno, factores que aceleran la degradación de los materiales óseos. En este contexto, si el sepulcro fue expoliado a la edad del bronce, es probable que los restos humanos ya hubieran desaparecido, ha asegurado Font.

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