El Servicio de Circulación del Comú de Andorra la Vella ha puesto en marcha el Grupo de Agentes Cívicos, que tiene por objetivo velar por garantizar la mejor convivencia ciudadana, informar, prevenir y, si es necesario, sancionar las conductas incívicas, como no llevar atado al perro o no rociar las micciones o recoger los excrementos. A partir de hoy, de hecho, se inicia la recogida de muestras de ADN de los excrementos y poder, si procede, sancionar a los propietarios negligentes.
Lo ha explicado el consejero de Circulación, Aparcamientos y Patrimonio Natural, Gerard Menardia, que ha detallado que la unidad se puso en funcionamiento a finales del año pasado, incorporando nuevas funciones como el control de la higiene pública o de los animales de compañía. El balance del primer trimestre es de casi un millar de actuaciones, la mitad de las cuales relacionadas con el tráfico.
De las 500 restantes, la mitad están relacionadas con la higiene en la vía pública -como bajar la basura fuera de los horarios establecidos-, un centenar con los animales de compañía, otro centenar a aspectos relativos a la ordenación de convivencia ciudadana, y una decena con controles de terrazas.

En las últimas semanas, según ha expuesto el coordinador de Movilidad, Miquel Rossell, se han identificado y limpiado espacios en la vía pública donde habitualmente hay propietarios incívicos que no recogen las heces de los perros. El objetivo ha sido partir de cero y que no haya excrementos anteriores a la puesta en marcha de la recogida de muestras de ADN para poder así identificar y sancionar las conductas negligentes.
Si bien el Comú prioriza el control y el aviso a la imposición de sanciones, durante el primer trimestre, se han impuesto 13 multas relacionadas con la tenencia y posesión de animales de compañía: 6 por llevar al perro sin atar, 5 por no llevar al animal debidamente identificado con el chip correspondiente, 1 por llevar al perro en un espacio no autorizado y 1 por no diluir las micciones.
El Grupo de Agentes Cívicos nace con dos efectivos que se dedican a la prevención y al control de cuestiones que van más allá de la regulación del tráfico, como la higiene en la vía pública o la convivencia ciudadana. La nueva unidad, que podría reforzarse en un futuro, completa las tareas de otros agentes de proximidad que patrullan por zonas peatonales o los entornos escolares.
