La iniciativa 'Andorra: Retos de futuro', de la cual muchos encuentros y mesas de trabajo se celebraron en el auditorio Claror y la Universidad de Andorra, cerró este lunes en Escaldes el proceso de recogida de propuestas con un total de 500 ideas y 131 retos.
En un acto que contó con la presencia de las principales autoridades del país, se presentaron las principales conclusiones del trabajo llevado a cabo durante cinco meses, que como recordó la síndica general y presidenta del comité rector de la iniciativa, Roser Suñé, no ha sido "un ejercicio de líneas de trabajo a ejecutar, sino un ejercicio de reflexión" que quiere sentar las bases para los retos que el país debe afrontar con un horizonte de 25 años vista.
"No es una hoja de ruta, ni un programa de gobierno", remarcó, sino que quiere ser una herramienta de reflexión que ahora las instituciones, asociaciones o ciudadanos en general "pueden utilizar de la manera que ellos quieran". De hecho, las conclusiones se pusieron a disposición de la ciudadanía para que las puedan utilizar. En paralelo, desde el comité rector se anunció una publicación más amplia para contextualizar el trabajo.
Algunas de las conclusiones generales que se pueden extraer del trabajo realizado por políticos, expertos y ciudadanía a lo largo de los últimos meses es que es necesario "trabajar de manera sistémica y conjunta, con una visión global" y también de forma transversal, con lo cual la propuesta de pactos de estado estuvo bastante presente en el trabajo de reflexión, tal como señaló Yvan Lara, que junto con Marc Pons integraban la secretaría técnica y fueron los encargados de presentar las conclusiones del trabajo entre las que se destacó la necesidad de definir un modelo de país.
El acuerdo de asociación con la Unión Europea y sus implicaciones o la transformación de la administración pública también fueron ejes recurrentes en este trabajo. En este sentido, Lara subrayó el hecho de que se hubiera señalado que "sin transformación de las administraciones será muy difícil alcanzar el resto" de retos. En cuanto a la forma de trabajar, también estuvo bastante presente la idea de un cambio cultural, "que haya indicadores para evaluar las actuaciones públicas, cuánto nos cuestan o qué impacto tienen". También se puso sobre la mesa la necesidad de planificar más y que haya una colaboración público-privada y más participación ciudadana y que se aproveche la "inteligencia compartida".
Lara subrayó, de igual manera que lo hizo Suñé, que lo más interesante es que este trabajo se ha podido abordar "sin la presión de que sirva para algo", ya que lo que se ha querido es hacer una reflexión profundizada y "crear un saco de reflexiones que quede allí" y que sea una herramienta para instituciones o la ciudadanía en general.
Cabe recordar que el trabajo se centró en la reflexión en torno a cinco ejes: la diversificación y la transformación económica; la transición ecológica, el medio ambiente y el cambio climático; las relaciones internacionales y el desencallamiento; la salud y las administraciones públicas. Tanto Pons como Lara subrayaron que muchos de los retos planteados están interrelacionados y que también se ha mostrado la "tensión clásica" entre conservar y cambiar, por ejemplo, acercarnos a Europa, pero que esto "no nos cambie". Conceptos como la sostenibilidad, la agilidad, la eficiencia o la visión de conjunto también han estado muy presentes en el trabajo.
En el apartado de las relaciones internacionales se destacó la necesidad de consolidar las buenas relaciones bilaterales y multilaterales; garantizar el acceso a la financiación internacional; el despliegue del acuerdo de asociación con la UE y cómo nos tenemos que adaptar; y proteger y potenciar la identidad andorrana, de tal manera que pueda ser bien conocida fuera. También se habló de mejorar la imagen de país; asegurar una buena conexión con el exterior y crear foros de discusión para abrir más las relaciones internacionales a la ciudadanía.
En cuanto al eje de la transición ecológica y cambio climático, el criterio pasa por replantear el modelo socioeconómico; planificar la construcción de manera sostenible; abordar el modelo turístico (plantear si hacen falta límites o no); poner en práctica las estrategias para luchar contra el cambio climático o hacer una gestión conjunta del recurso hídrico; potenciar las renovables y tener una visión transfronteriza en la economía circular. También se ha hablado de potenciar un transporte público "eficaz y eficiente".
En cuanto a las administraciones públicas, los retos son la eficiencia, la simplificación y la digitalización. También se abordaron qué trabajadores de la administración hacen falta y cómo implicar a la ciudadanía, el sector privado y el tercer sector. Además, se contempla que haya una producción normativa sostenible.
En cuanto a la diversificación económica, se habló sobre la necesidad de redefinir el modelo de país y económico que queremos; definir los sectores donde posicionar el país; consolidar la apertura económica y la diversificación; y también de reforzar los sectores tradicionales como el turismo o el comercio, ayudándolos a transformarse. También se puso sobre la mesa la digitalización y dar fuerza al talento local.
En cuanto al eje de la salud, surgió la necesidad de la prevención; incorporar la tecnología de manera segura; potenciar un envejecimiento saludable; incorporar la visión de bienestar a las políticas públicas; o dotarse de recursos suficientes. También se trató la necesidad de que haya igualdad y, por lo tanto, una salud sexual y reproductiva adecuada.