El Comú de Andorra la Vieja ha firmado un convenio con el Servicio Andorrano de Asistencia Sanitaria (SAAS) para formar parte y adherirse a la prueba piloto que está llevando a cabo para detectar y prevenir la fragilidad en los mayores de 65 años de la parroquia.
El cónsul mayor, David Astrié, y Meritxell Cosan, directora general del SAAS, han sido los encargados de firmar el acuerdo.
Desde este mes de octubre, el equipo del servicio de Envejecimiento y Salud en colaboración con Atención primaria del SAAS, está llevando a cabo una evaluación y cribado a la población de esta franja de edad para detectar situaciones de fragilidad, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y promover un envejecimiento activo y saludable.
El estudio incluye una evaluación de la capacidad intrínseca (conjunto de capacidades físicas, cognitivas y psicológicas) de las personas mayores de 65 años de la parroquia. Durante estas evaluaciones se está usando la herramienta ICOPE (Integrated Care for Older People) de la Organización Mundial de la Salud, una estrategia diseñada específicamente para abordar los retos y necesidades de las personas mayores. Concretamente, se propone la valoración de cinco dominios clave como son la cognición, la motricidad, la vitalidad, el aspecto psicológico y la función sensorial.

Las conclusiones de este estudio aportarán información real de las capacidades físicas, cognitivas y emocionales de las personas mayores de 65 años de Andorra la Vieja. Permitirá detectar aquellas personas frágiles, para que desde el SAAS se puedan proponer intervenciones que reviertan esta situación.
Desde 2019, el SAAS ha participado activamente en el proyecto APTITUDE (POCTEFA 2019-2022), una iniciativa transpirenaica que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas mayores y retrasar los procesos de fragilidad que pueden conducir a la dependencia. A través de estudios y acciones realizadas en las parroquias de Canillo, Sant Julià de Lòria y Escaldes-Engordany, el proyecto APTITUDE ha proporcionado conocimientos y buenas prácticas para abordar estos retos. Ahora, Andorra la Vieja se suma para poder seguir teniendo una imagen clara del envejecimiento de la población.