El Comú de Andorra la Vella generó el año pasado 1.999,3 toneladas de emisiones de CO₂, lo que supone una reducción de gases de efecto invernadero del 13,2% en 3 años (303,7 toneladas de CO₂ en cifras absolutas). Así lo concluye el Estudio sobre la evolución de la huella de carbono del Comú de Andorra la Vella entre los años 2019 y 2022 que se ha presentado hoy y que evalúa qué impacto han tenido las medidas que en los últimos años se han aplicado en la parroquia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El estudio, que firma BMS Consultoria estratégica, vincula esta considerable reducción de la huella de carbono a tres motivos principales:
- La acción de los departamentos comunales de aplicar medidas en clave de eficiencia y ahorro energético y reducir el consumo de combustible de calefacción y aire acondicionado (en verano se ha fijado la temperatura mínima a 26 grados y en invierno, la máxima a 20).
- La sustitución del sistema de calefacción del centro Deportivo Serradells por la red de producción de calor FEDA Ecoterm-Cetrasa, una acción que ha rebajado 484 toneladas de CO₂ que produce el Comú.
- La optimización de los desplazamientos que realizan los vehículos de la flota comunal. Se ha apostado por reducir los desplazamientos y potenciar que los trabajadores, en la medida de lo posible, caminen, lo que ha rebajado un 3% (8 toneladas de CO₂) la huella de carbono.
El cónsul mayor, David Astrié, y el consejero de Sostenibilidad e Innovación, Gerard Estrella, han presentado hoy las conclusiones del informe que, tal como ha resaltado el cónsul mayor, “se encargó hace cerca de medio año con el objetivo de disponer de datos analizados y contrastados sobre la situación energética del Comú y para analizar qué efecto han tenido las acciones que hemos ido emprendiendo en los últimos años para ser más eficientes”.
Para elaborar este estudio se han analizado muchas variables y los diferentes edificios comunales (un total de 16) y otros elementos como el alumbrado público de la parroquia, la red de abastecimiento de agua potable y la flota de vehículos comunales. Con todo, las acciones más importantes se han concentrado en los tres principales focos de consumo: los edificios del Centro deportivo de los Serradells y del Centro de Congresos y en la red de alumbrado.
En cuanto a acciones concretas que se han instaurado en los últimos años, Gerard Estrella ha detallado que se han concentrado básicamente en reducir el uso del gasóleo de calefacción (en 3 años se ha conseguido recortar un 34% el consumo, en buena parte por el nuevo sistema para calentar el Centro deportivo de los Serradells); y en la red de alumbrado de las calles de la parroquia, que ha pasado de la bombilla tradicional al sistema LED. En este sentido, ha explicado que con el alumbrado público, que supone un 15% del total de la huella de carbono del Comú, se han ahorrado 12 toneladas de CO₂ a pesar de haber aumentado los puntos de luz de 67 a 74.
Además, se han activado otras medidas, como por ejemplo, el cambio de ventanas por vidrios más aislantes y sostenibles; la mejora de los aislamientos en la piscina olímpica y en todo el edificio de los Serradells; la compra de más vehículos eléctricos; se ha reprogramado la iluminación del aparcamiento Centro ciudad y reducido al 50% en horas de poca afluencia; y se han sustituido los 3 ascensores panorámicos del aparcamiento de Prat de la Creu, así como parte de la iluminación del escenario del Centro de Congresos y otras salas del edificio por sistemas más eficientes.
Acciones de futuro y rol ejemplar de las administraciones
En cuanto a las acciones previstas en un futuro inmediato para seguir reduciendo tanto como sea posible la huella de carbono, el cónsul mayor ha citado el proyecto para construir un punto de energía limpia en la cubierta del edificio del antiguo aparcamiento comunal de los Pouets, una instalación que actualmente se encuentra en desuso y que se quiere explotar con un techo de paneles fotovoltaicos.
También, próximamente, el edificio del Centro de Congresos se podrá conectar a la red de calor que está desplegando FEDA Ecoterm en la parroquia (se ha estado trabajando en los últimos meses en la zona de Prat de la Creu) y, en paralelo, se seguirán sustituyendo en los edificios comunales las bombillas tradicionales por LEDS.
Ante todo esto, David Astrié ha remarcado el “rol ejemplar” que deben ejercer las administraciones para aplicar medidas que estén encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Ha recordado, pues, que Andorra ha ratificado el Acuerdo de París y que las administraciones deben trabajar para cumplir los objetivos de reducción del 37% de las emisiones de los gases de efecto invernadero para finales de 2030 y a mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados; y también, que en septiembre de 2018 se aprobó la Ley de impulso de la transición energética y del cambio climático para crear y consolidar medidas e instrumentos que permitan avanzar hacia una sociedad neutra en carbono.
