Llega a la mitad de mandato, un momento para detenerse y mirar atrás para ver todo lo que se ha conseguido en la parroquia de Ordino, pero también para proyectarse hacia el futuro y afrontar los retos que quedan. Durante estos dos primeros años, el común ordinense ha impulsado proyectos clave como la aprobación del nuevo plan de urbanismo (POUP), el desdoblamiento de la red de agua, actuaciones en los núcleos de la parroquia y nuevas soluciones de aparcamiento, al tiempo que ha trabajado para dinamizar la actividad turística. Ahora bien, los planes a largo plazo pasan también por la diversificación económica y la mejora de la comunicación con la ciudadanía.
La cònsol major, Maria del Mar Coma, reconoce durante una entrevista a la Agencia Andorrana de Noticias que uno de los principales objetivos es mejorar la comunicación con la población para hacer más comprensibles las decisiones y los proyectos del común. “A veces piensas que ya comunicas lo suficiente, pero viendo las respuestas queda claro que hace falta una comunicación más directa con la ciudadanía” afirma, admitiendo que la participación tanto en las reuniones de pueblo como en las reuniones vecinales es limitada. “Quizás habría que cambiar el formato de comunicación y utilizar más las redes sociales. A través de estas herramientas podemos explicar mejor qué se está haciendo”, propone.
Al mismo tiempo, el común afronta el reto de diversificar la economía, hasta ahora muy centrada en la construcción y el turismo. En este sentido, la mandataria comunal advierte que depender exclusivamente de estos sectores puede ser arriesgado. De hecho, durante la pandemia ya se evidenció que una fuerte dependencia del turismo comportó muchas dificultades. “Hoy en día nuestros ingresos dependen prácticamente de la construcción. Tenemos que abrirnos a otro tipo de actividad porque, si no, las administraciones no tendremos más ingresos de los que tenemos”, asegura.
En este sentido, Coma subraya que “hay que continuar trabajando para encontrar fuentes de ingresos de otros sectores que no vengan exclusivamente de la construcción”, con el objetivo de reducir la dependencia económica actual. Aunque admite que cuesta imaginar un sector concreto, apunta que el foco se sitúa especialmente en los sectores tecnológicos. “Todo el mundo los quiere porque no contaminan, atraen talento y aportan valor añadido. El Gobierno está trabajando en esta línea para que empresas tecnológicas puedan instalarse en el país”, añade. En este contexto, la cónsul menciona el proyecto de Grífols como un ejemplo de iniciativa que habría podido contribuir a esta diversificación económica, reconociendo que “fue una pérdida importante porque no solo era el centro de Grífols, sino todo lo que habría aportado… era un polo de atracción para otros tipos de empresas”.
Durante este primer periodo de mandato, Ordino también ha impulsado diversas obras y proyectos de infraestructuras, como el mantenimiento de la red de agua, el proyecto de mejora de la Clota Verda, la remodelación del casco antiguo de la Cortinada o las tareas de conservación del Centro Deportivo de Ordino (CEO). Paralelamente, se han reforzado los aparcamientos con actuaciones en el Prat de Call y en el Prat de Vilella, y está previsto completar próximamente otros espacios de estacionamiento y zonas ajardinadas, como el de la Plana dels Camps.
El proyecto del centro sociosanitario continúa avanzando, a pesar de su complejidad, ya que depende de la colaboración con el sector privado y con el Gobierno para la cesión de los terrenos y la elaboración del pliego de bases. “Es muy complicado que desde el común podamos construir un edificio sociosanitario y después gestionarlo. Tiene que ser un privado”, apunta la cónsul, que confía poder tener el pliego de bases listo de cara al 2027, momento a partir del cual se podrían iniciar las obras.
En cuanto al turismo, Ordino ha registrado cifras récord de afluencia en algunos puntos, como la ruta del Ferro o Arcalís, que contabilizó 70.000 visitantes durante la temporada de verano. Sin embargo, el común debe hacer frente a la falta de plazas hoteleras en la parroquia y a la concentración del turismo en las temporadas altas, especialmente en el caso del senderismo. “Es más complicado mover a la gente fuera de las épocas de alta afluencia, y el problema de los hoteles es justamente fuera de las temporadas altas”, explica Coma.
Esta reflexión también se traslada al ámbito presupuestario. El comú de Ordino ha aprobado recientemente el presupuesto para 2026 con una previsión de inversión de cerca de 4,7 millones de euros y una diferencia negativa que se cubrirá íntegramente con el remanente de tesorería, sin recurrir a nuevo endeudamiento. Una decisión que se enmarca en una política de contención y rigor financiero, con un nivel de endeudamiento que se mantiene por debajo de los límites legales y que en los últimos ejercicios ha ido a la baja.
Con la mirada puesta en lo que queda de mandato, la cónsul explica que las prioridades pasan por acabar las obras ya iniciadas, como el desdoblamiento de la red de agua, continuar con las actuaciones en los núcleos de la parroquia —como el arreglo del casco antiguo de la Cortinada— y garantizar el mantenimiento de los edificios comunales, especialmente el centro deportivo. A todo ello se añade la voluntad de desbloquear proyectos vinculados al patrimonio, como Casa Rossell, un ámbito que depende en gran parte de la coordinación con el Gobierno.
