La cara popular de la segunda edición del Andorra Taste ha dado el pistoletazo de salida este mediodía, después de tres días de ponencias y mesas redondas que han servido para intercambiar conocimientos y experiencias relacionadas con la cocina de alta montaña. A partir de este mediodía y durante todo el fin de semana, una veintena de restauradores y pasteleros del país ofrecerán degustaciones de cocina de altura. “Un formato muy original y único que tiene mucha vida”, según ha destacado el director general de Andorra Turismo, Betim Budzaku.
Un año más, la calle de los Veedors acogerá este espacio abierto al público en general y al aire libre, que en esta edición se extenderá también a la calle Arnaldeta de Caboet para acoger el aumento de restauradores, que crece a una veintena. El precio de la tapa se mantiene en 4 euros y deberá pagarse con tokens que se adquirirán allí mismo. Además, también habrá paradas de productores locales de queso, embutidos, mermeladas y miel, entre otros, donde se podrán comprar los bienes artesanales que elaboran.
A las degustaciones, se suman talleres infantiles, showcookings y masterclasses, así como música y animaciones en directo. Todo ello, una serie de propuestas para convertir, Escaldes-Engordany, un año más, en un punto de encuentro gastronómico de referencia.

Más de un millar de inscritos en las jornadas profesionales
En esta segunda edición la participación en las jornadas profesionales ha superado la del año pasado, con más de 1.100 inscritos de 29 países diferentes que han podido seguir las ponencias en catalán, castellano, francés e inglés. Unas 550 personas han seguido las conferencias de manera presencial y más de 600 lo han hecho en streaming. Unas cifras que Budzaku ha celebrado, apuntando que “mantener el nivel del año pasado era todo un reto, pero hemos conseguido superar las expectativas”. El director general de Andorra Turismo ha aprovechado también para destacar la calidad de las ponencias, con cocineros de renombre internacional de la talla de Joan Roca (El Celler de Can Roca***) o Gastón Acurio, galardonado con el premio Andorra Taste Award por haber posicionado la gastronomía peruana a nivel mundial.
El ministro de Turismo y Telecomunicaciones ha expresado que “la cocina de alta montaña está ganando renombre a nivel mundial”, recordando que “en la primera edición apostamos por este concepto con la idea de crear un congreso gastronómico que ya nos está posicionando”. En este mismo sentido, Budzaku ha destacado que se trata de un “concepto nuestro y original que en el futuro se puede desarrollar”. Por su parte, el director de Vocento Gastronomía, ha reflexionado que “la cocina es memoria e innovación. Es una parte indisoluble de nosotros y del futuro” y ha reiterado que el objetivo del Andorra Taste es “conseguir que se escuchen las montañas, también en el ámbito de la cocina”.
El acto ha concluido con la lectura de una declaración de intenciones en forma de manifiesto que han firmado más de 50 cocineros —del país y de fuera— y productores locales. “La gastronomía es cultura y uno de los principales embajadores turísticos, así como generadora de riqueza y ocupación”, recoge el texto, que plasma el compromiso de los cocineros de alta montaña por la gastronomía sostenible, de temporada y de proximidad.