La ministra de Cultura y Deportes, Sílvia Riva, ha participado este viernes por la tarde en la recepción institucional celebrada en Arles de Tec en el marco de la celebración de la fiesta del oso de la población francesa. La recepción se ha impulsado después de que hace unas semanas la UNESCO haya inscrito las Fiestas del Oso de los Pirineos en la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO. Una candidatura que lideró Andorra junto con las poblaciones vecinas francesas. Es la primera de las fiestas francesas después de la decisión de la UNESCO, pero no la primera, que fue L'última ossa d'Ordino que tuvo lugar el 11 de diciembre.
El acto, organizada por la Communauté de Communes du Haut Vallespir, también ha contado con la participación de delegada permanente en la UNESCO, Eva Descarrega, y la directora de Patrimonio Cultural, Isabel de la Parte. Asimismo, se han desplazado hasta Francia el consejero de Cultura del comú de Encamp, David Cruz, y la cónsul menor y consejera de Cultura del comú de Ordino, Eva Choy. Finalmente, también han tomado parte, Robert Lizarte y Helena Laza, del comú de Encamp, y el presidente de la Asociación de Cultura Popular de Ordino, Albert Roig.
Riva ha destacado, durante el recibimiento, que la inscripción en la lista del patrimonio cultural inmaterial, que es la segunda para Andorra después de la inscripción de las Fiestas del fuego del solsticio de verano, “contribuirá a valorar las prácticas del patrimonio cultural inmaterial de las montañas y de los valles pirenaicos y a sensibilizar a las respectivas poblaciones de la importancia de la salvaguarda de las prácticas sociales, de los rituales y de las fiestas”.
En esta misma línea, la titular de Cultura y Deportes ha subrayado que la inscripción “no es el destino final, sino el punto de partida de un compromiso por parte de todos, instituciones y actores de la fiesta, para llevar a cabo las acciones de salvaguarda que sean necesarias”.
Finalmente, la ministra también ha valorado que el sello UNESCO representa para Andorra la posibilidad de integrarse en redes transfronterizas con las cuales intercambiar y compartir conocimientos y experiencias sobre la fiesta. “Por un patrimonio inmaterial diverso y compartido a la vez, que acerca a nuestras comunidades pirenaicas, nuestros pueblos de Andorra y del Alt Vallespir”, ha apuntado.