La excavación de la farga del Madriu reactiva el interés por este lugar

01 de septiembre de 2022 a las 16:21h

Finalizados los trabajos de excavación que durante cuatro semanas se han realizado en la farga del Madriu. Durante este tiempo, tres grupos de profesionales han trabajado allí: un equipo de piedra seca dirigido por un maestro de la Associació Bâtisseurs de Pierre Sèche, un equipo de arqueólogos especialistas en paleosiderurgia encabezado por el director de investigación del laboratorio IRAMAT y otro equipo de Patrimonio Cultural dedicado a los aspectos relacionados con la vivienda y la alta montaña.

Esta campaña de intervención, la segunda en este lugar, tenía como objetivos restaurar la herrería y documentar la farga. La primera, edificada a finales del siglo XVIII cerca del Prat de Paleta, se utilizaba para transformar el hierro bruto en objetos y barras comerciales, mientras que la segunda, ubicada un centenar de metros más arriba, había sido fundada en 1732 gracias a una concesión comunal y servía para transformar el mineral en hierro metálico.

Así, en la excavación se ha constatado que la farga se trata de un edificio complejo, donde se identifican claramente los diferentes ámbitos de trabajo: un horno de preparación del mineral, el bajo horno de reducción, una hornilla para probar la calidad del mineral, la carbonera, un espacio interno específico para conservar y tratar el mineral, otro para el carbón, el cambrot, el canal, el mazo y las trompas hidráulicas.

A la espera de los resultados definitivos, se han documentado dos fases que corresponden a dos etapas tecnológicas diferentes: la primera es anterior a la construcción del martillo (siglo XVIII) y la segunda es contemporánea a su utilización (siglo XIX). Consecuentemente, se confirma que la farga del Madriu se sitúa a caballo entre las fargas medievales (molinas) y las fargas a la catalana modernas.

Por su parte, los trabajos de la herrería, un conjunto de piedra seca que reúne un taller (hornilla y martillo), un ámbito de habitación (cambrot) y los restos del sistema hidráulico (trompas y canal). Se han restaurado más de 60 metros lineales de muros de piedra seca, de los cuales 41 corresponden a los muros a doble paramento de los edificios, que se estaban deteriorando. También se han consolidado la hornilla donde se calentaban las barras de hierro y el pavimento de piedra del cambrot, mientras que el suelo del taller se ha adecuado para proteger la reserva arqueológica (tierra de uso histórico y restos de estructuras originales).

El buen avance de los trabajos realizados ha permitido iniciar la tarea de la farga, donde se han restaurado los tres primeros tramos de muros del edificio principal y se ha restituido el muro de sostenimiento norte, que había cedido y ponía en peligro la conservación del yacimiento. En cuanto a la sala principal de la casa, se han documentado dos plantas: el pequeño espacio superior corresponde a una vivienda mientras que, en la planta baja, han aparecido los restos probables de un establo y de un almacén de hierro.

El material que ha aflorado en este yacimiento, ubicado a 2.000 metros de altura, es rico y diverso. Destacan particularmente un peso monetario, una quincena de monedas, unos fragmentos de vajilla azul, unos vidrios decorados y unos objetos decorados de bronce.

En cuanto a la producción del hierro, entre la farga y la herrería excavada en 2021, se han podido muestrear todas las etapas de trabajo de los fargaires. El análisis de las muestras, que ya se ha iniciado, permitirá acercarse a todas las fases de transformación, que van del mineral hasta el objeto comercializado.

Durante las cuatro semanas que ha durado la campaña, más de un centenar de personas se han acercado para saber más. Habrá que esperar al año que viene para volver a encontrar a los arqueólogos y los artesanos en piedra seca trabajando en la zona de la Farga del Madriu. Mientras tanto, el trabajo de analíticas, dibujo, investigación y valoración, etc. continúa.