El tiempo ha favorecido a Andorra con una nevada digna de los buenos tiempos. Esto ha propiciado que muchísimas personas se hayan desplazado hasta el país de los Pirineos para disfrutar de los deportes de invierno que se pueden practicar en sus magníficas instalaciones y también para vivir experiencias de shopping, ocio, cultura y turismo en familia. Dado que el turismo es el punto fuerte de la economía andorrana, las actividades empresariales que se mueven a su alrededor son muy importantes. Así lo explica Jordi París, presidente de la Unión Hotelera de Andorra, en esta entrevista para La Ciutat.
Estos últimos dos años han sido difíciles para todos a causa de la pandemia. ¿Cómo está el gremio de los hoteleros andorranos en este momento?
Vamos haciendo. Ha sido un tiempo muy largo y a los hoteleros nos ha afectado de diferente manera. Ha habido hoteles que han reabierto el primero de diciembre después de un año y 8 meses de estar cerrados. Esto ha sido muy duro.
Ahora estamos en un momento complicado y vuelve a planear incertidumbre a causa de la sexta ola de la Covid que ha afectado a nivel europeo. Desde mitad de diciembre se decretaron restricciones en los mercados de proximidad que representan la gran mayoría de comunidades autónomas de España y sobre todo Francia. Esto se traduce en que desde mediados del mes de diciembre las ventas de enero y de febrero no tienen el ritmo que en una situación de normalidad acostumbrarían a tener.
Sin embargo, parece que las ocupaciones de fin de año remontaron hasta rozar el 90%, especialmente entre Navidad y Fin de Año...
Sí, son datos que dan alegría, pero se debe tener en cuenta el amplio tejido turístico que hay en Andorra. Hay 7 parroquias con diferentes categorías en todas ellas y, por lo tanto, este dato del 90% no es aplicable a todo el mundo. Eso sí, es un dato optimista a partir del cual debemos mirar hacia adelante.
Ahora volvemos a estar en un momento difícil que nos hace poner las luces largas. Enero y febrero son meses en los que recibimos turistas internacionales que nos proporcionan una base de ocupación, pero estos mercados internacionales son inexistentes en estos momentos. Estamos hablando del mercado israelita, el ruso, el ucraniano y los países del este, así como el mercado británico, que está teniendo una caída de entre el 20 y el 40%. Esto deja un agujero en la gran mayoría de hoteleros de todas las parroquias y también en las estaciones de esquí más importantes.
Creo que esta situación remontará, pero no sabemos cuándo, si a finales de enero o entrado febrero. Esto condicionará toda la temporada de invierno.
Cuando el público nos decidimos a hacer una salida lo solemos prever con tiempo. Es difícil para los hoteleros hacer esta previsión y también para los usuarios, que no sabemos si podremos viajar. ¿Qué aconsejan los hoteleros?
La pandemia nos está enseñando cosas que se están convirtiendo en nuevos hábitos, como por ejemplo ser flexibles. De cara a la temporada de invierno hemos visto que había un número de reservas anticipadas mucho más alto de lo que es normal. Navidad, Fin de Año, las semanas blancas de vacaciones escolares, Semana Santa, son períodos muy importantes para nosotros.
La anticipación ha sido provechosa a pesar de las cancelaciones. Cuando una persona llama y anula a causa de un contagio, los hoteleros aceptamos la anulación sin hacer pagar ningún gasto extra.
¿Cuál es la perspectiva ahora?
Ahora volvemos al mismo panorama del verano pasado: reservas de última hora que hacen que las previsiones sean inciertas a causa de la situación que vivimos; pero estoy seguro de que esto pronto cambiará y en marzo y abril estaremos en una situación más normalizada.
El público tenemos Andorra asociada a la temporada de invierno, con las estaciones de esquí en pleno funcionamiento. Ahora bien, en Andorra la temporada es continua. ¿Cómo gestionan la desestacionalización del país?
De la mejor manera posible. Campañas como el Andorra Shopping Festival, por ejemplo, ayudan mucho. Aparte, los hoteleros, el Gobierno, el Ministerio de Turismo, la Cámara de Comercio, estamos haciendo un esfuerzo compartido para salir adelante. Todas las iniciativas de promoción suman y, aparte, cada hotelero saca el partido que cree: promociona el hotel, hace sus paquetes, promociona el destino, etc.
¿Los paquetes turísticos son una forma de ofrecer otra perspectiva diferente para atraer igualmente el turismo de más calidad y el que va con la mochila a la espalda?
El paquete turístico a veces ha tenido sentido peyorativo, pero hoy los hoteleros proponemos fórmulas, experiencias, escapadas y que cuanto más contenido tienen, más atractivas son. El cliente que contrata un paquete turístico empieza su experiencia desde el segundo cero. Ya sabe que subirá, tiene su habitación preparada, ha contratado el desayuno, una actividad, ir a ver un concierto u otra cosa, tiene una serie de servicios y sabe que la experiencia que vivirá será muy buena.
Últimamente el Gobierno de Andorra ha puesto la ley de la Tasa Turística a aprobación. La opción de los hoteleros es que su implantación se alargue hasta el mes de julio o más allá. ¿Cómo está ahora esta situación?
La tasa turística entró en el Parlamento donde se han hecho algunas enmiendas por parte de los grupos parlamentarios y ahora pasará para su aprobación y se someterá a votación. La Unión Hotelera hemos participado en algunos de los aspectos porque el sector privado podemos aportar propuestas de mejora. Ahora ya sólo queda la aprobación y la entrada en vigor.
Aquí trabajamos con dos temporadas, la de invierno que empieza el primero de diciembre y la de verano que empieza el primero de mayo. Implementar una tasa turística a mitad de una temporada no tiene mucha lógica y este ha sido nuestro argumento. Se nos ha tenido en cuenta y ahora debemos esperar, cuando pase la votación, en qué período entrará en vigor. Ojalá sea para la próxima temporada de invierno 22-23.
Andorra tiene un mal detectado desde diversas entidades e instituciones, que es la falta de mano de obra cualificada y de mano de obra en general. A nivel de los hoteleros, ¿cómo lo notan?
En Andorra tenemos esta dificultad, pero a nivel de hotelería un poco menos porque recibimos gente que viene de otros países y que hace la temporada de invierno o acaba de hacer la de verano y se quedan. Es en verano cuando acusamos más esta falta de personal.
Estamos al lado del Gobierno, del Ministerio de Interior, el de Turismo y el de Economía y hemos creado una mesa de trabajo que estudia cómo minimizar el efecto de la falta de mano de obra de cara a la próxima temporada de verano. Estamos recibiendo inputs positivos para ponerle solución. Andorra tiene la misión de atraer clientes de alta calidad y otros destinos y somos conscientes de que debe haber un servicio a la altura de la oferta turística.
Desde la Cámara de Comercio de Andorra se apuesta por tener un aeropuerto propio, más allá del de La Seu, y también unos mejores servicios viarios. ¿Qué piensan?
Que todo es positivo. Mejorar las vías de acceso al Principado de Andorra es positivo y todas las acciones que se puedan hacer para reducir el impacto del tráfico y de los accesos, serán buenas. Una vía aérea nos abre la posibilidad de llevar clientes de más lejos. Acercar Andorra a clientes de Madrid, Oporto, Palma de Mallorca, es básico. Sabemos que somos referentes para la práctica de deportes de invierno y otras actividades relacionadas. Esto es muy positivo y nos suma para llevar clientes que quizás no se plantearían venir.
Hoy en día los hábitos de los viajeros han cambiado mucho y debemos llevarlos con medios seguros, rápidos, que les permitan aprovechar la experiencia sin perder tiempo en la carretera. El aeropuerto de la Seu contribuirá y el transporte ferroviario, también.
El Gobierno de Andorra se esfuerza mucho para que las infraestructuras sean dinámicas, que den fluidez al tráfico. El Departamento de Movilidad ha creado una APP muy útil que indica dónde hay atascos y cuáles son las alternativas para circular.
Quiero expresar mi agradecimiento a los equipos de trabajo de las carreteras, que hacen un trabajo impresionante. Cuando en este país nieva, el trabajo que hacen los servicios de movilidad y limpieza de carreteras es extraordinario. Somos un referente a nivel europeo por la seguridad y la limpieza de carreteras que hace que un cliente que está en un hotel de parroquias altas tenga la seguridad de poder bajar hacia parroquias bajas. El trabajo que hacen las empresas para limpiar carreteras y acondicionar el tráfico es impresionantemente bueno.
El reto que los hoteleros tienen por delante es formidable y también las numerosas vías que están planteando para salir adelante.
Sí, hemos tenido que reinventar los negocios, hemos aprendido cosas nuevas que estamos implantando porque el cliente, el viajero ha cambiado y tiene nuevas demandas e inquietudes. Quiere vivir experiencias más intensas y fiables. Busca seguridad y diferentes cosas que antes no se tenían tanto en cuenta. Y esto es lo que los hoteles de Andorra incluimos. Nos estamos reinventando y el producto que ofrecemos este invierno es seguro, de calidad y con todas las garantías para poder vivir una experiencia de shopping, de actividad de nieve, de montaña, de recreo en familia, con niños, de primera calidad.
Estamos en posición de competir contra cualquier destino turístico de nuestro alrededor, porque Andorra es un destino de país, seguro y con la garantía de vivir experiencias extraordinarias. Los hoteles estamos totalmente adaptados y preparados para afrontar esta nueva demanda del cliente. Personas, seguridad, competitividad. Somos 100% competitivos y esto nos debe seguir haciendo fuertes y que podamos continuar adelante.