Accesibilidad, humanidad e inteligencia. Estas son las tres bases que deberían tener todas las ciudades inteligentes, más conocidas como 'smart cities', según menciona la catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales en la Universidad de Jaén, Yolanda María de la Fuente Robles. Actualmente, los gobiernos buscan la mejora constante de los territorios para crear un entorno que se pueda adaptar a cualquier situación y evitar la dependencia y la soledad de la tercera edad o las personas con discapacidad. "Se debe pensar en la sostenibilidad social, donde la ciudadanía pueda reconocer y ayudar según las necesidades de los demás, también a futuro", reflexiona De la Fuente Robles.
En este sentido, la catedrática menciona que, hasta ahora, la mayoría de administraciones se han centrado en construir ciudades sostenibles y respetuosas con el medio ambiente que, indirectamente, han dejado de lado necesidades básicas como tener rampas y escaleras en los edificios o aceras en buen estado. "Cuando la ciudad emerge como la ciudadanía, se convierte en una ciudad que se siente como casa. He estado en auditorías en Uruguay y he visto exactamente carreteras en mal estado y una gran falta de accesibilidad", explica. Esto provoca una codependencia tanto de los familiares como de la persona que no puede realizar una vida normal. "Se convierte en un esclavo y su entorno es una prisión", alega. De hecho, uno de los países que ya integra diversos recursos para frenar esta dependencia es Andorra. "Es un país que trabaja en la accesibilidad con alma. Se ha adelantado a las necesidades que tiene la ciudadanía para intentar buscar soluciones que sirvan antes del problema", destaca.
La raíz del problema se puede 'atacar' con concienciación y solidarización, dos objetivos con los que está comprometida la cinco veces galardonada por la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI). De hecho, así lo demuestra su ponencia 'Ciudades para todas las personas: avanzando hacia entornos más humanos, inteligentes y accesibles', un trabajo se presenta este jueves en el Centro de Congresos de Andorra la Vella a partir de las 11 horas. El evento es organizado por la Fundación Privada Nuestra Señora de Meritxell (FPNSM) y también cuenta con la participación del técnico experto en tecnologías de la Fundación ONCE, Enrique García.
"Realizaremos un recorrido donde se hablará de dónde está Andorra y cómo ha llegado hasta aquí, ya que hay una parte que, como sociedad, hemos perdido durante el camino de la modernidad: la empatía", analiza De la Fuente Robles. Durante la construcción de las 'smart cities', "nos hemos olvidado de las personas, y una de las cosas que tenemos que recuperar son las ciudades humanizadas, donde este aspecto es el centro del proyecto". "Una de las cosas que comentaré es la nueva estrategia del gobierno de España vinculada con la estrategia de la vida en comunidad" señala, añadiendo que se centra en la institucionalización de los diferentes sectores de la población con especial incidencia con las personas con discapacidad y la gente mayor.
Aparte, se realizará un taller participativo dedicado a las propias familias centrada en la inteligencia artificial (IA) donde se podrán probar diferentes herramientas tecnológicas que pueden mejorar la vida y la autonomía de los individuos. En adición, De la Fuente Robles tendrá un espacio para responder a todas las dudas e inquietudes, primero en una ponencia explicativa y después en una mesa mientras se pone a prueba la IA. "Intentaremos enfrentar la inteligencia artificial con la inteligencia humana. En la actualidad, hay dispositivos vinculados que se pueden aplicar a la vida real de las personas con discapacidad. Me gustaría poder hablar con ellos y que me expliquen, porque yo creo que debajo de la IA, siempre debe haber inteligencia humana", reflexiona.
Finalmente, la catedrática comenta que su objetivo es comunicar en derechos, dar a conocer que todo el mundo merece una vida con autonomía y en un entorno inclusivo. Así pues, espera poder crear redes en el país con la conferencia y aportar su grano de arena a la evolución de las 'smart cities'. "Yo estoy aquí por algún motivo, espero que la gente se lo pase bien y aprenda. Si participo no quiero que sea para nada", concluye.