Concòrdia expresa su preocupación por el reciente nombramiento del nuevo presidente del Consejo Superior de la Justicia, Josep Maria Rossell. Este nombramiento plantea serias cuestiones sobre la independencia y la separación de poderes, que son fundamentales para un sistema democrático fuerte y saludable.
La separación de poderes es una piedra angular de nuestra democracia, y es esencial para garantizar la imparcialidad del sistema judicial. Su importancia no puede ser subestimada, ya que permite que cada uno de los poderes del Estado (el ejecutivo, el legislativo y el judicial) funcione de manera independiente y sin influencia indebida de otros poderes. Es esencial que el poder judicial sea libre de cualquier influencia política o de cualquier apariencia de esta.
Con este nombramiento, podría ponerse en duda este principio fundamental. El hecho de que el exministro de Justicia ocupe el cargo más alto del Consejo Superior de la Justicia de forma inmediatamente posterior a su ejercicio como mandatario en el Gobierno no se alinea con principios internacionalmente establecidos de democracia y de buen gobierno. Esto puede también erosionar la confianza de los ciudadanos en la imparcialidad del sistema judicial y disminuir su creencia en las instituciones judiciales. Debemos aportar las máximas garantías para que la justicia sea justa.
Concòrdia incluía en su programa de las pasadas elecciones generales la modificación de la legislación vigente relativa al procedimiento de nombramiento de los miembros del Consejo Superior de la Justicia para garantizar que estos no hayan ocupado ningún cargo político en los 4 años anteriores a su nombramiento. Desde Concòrdia creen que hay profesionales altamente cualificados en Andorra con la integridad y la experiencia necesarias para ocupar este cargo, y que a la vez cumplen este requisito.