La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó hace unos días, el 17 de diciembre, la resolución 'Combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia'. Lo que parecería un texto que debería contar con un amplio apoyo de los países con mejores índices de democracia, fue votado en contra por los Estados Unidos. Y buena parte de los países de Europa, entre ellos Andorra, se abstuvieron, según publica el diario digital Altaveu.
El documento lo presentó Rusia y se trata de un texto que este país suele presentar de forma regular. Con él, sus impulsores pretenden combatir la exaltación del nazismo y condenar el "revisionismo histórico". A la vez, se advierte que "el neonazismo es un fenómeno contemporáneo con fuertes intereses en la desigualdad racial que centra sus esfuerzos en obtener un apoyo amplio para sus falsas afirmaciones de superioridad racial".
El texto también expresa una condena firme contra todas las formas de discriminación. Entre ellas la racial, pero también las que se hacen por la nacionalidad o la religión. Y también advierte del peligro que supone la extrema derecha.
La resolución ha salido adelante, sí, pero con un apoyo más reducido de lo que se podría pensar tratándose de un claro alegato contra el nazismo y la discriminación. Así, Estados Unidos votó en contra, evidenciando las importantes diferencias que, actualmente, mantiene con Rusia. También ha recibido 51 abstenciones. Entre ellas, las de todos los países miembros de la Unión Europea y el Reino Unido.
A pesar de estos dos votos en contra y las 51 abstenciones, la resolución sí que prosperó en el pleno de Naciones Unidas. En total, sí que recibió el apoyo de 130 Estados.