Últimamente, han sido varios los productos que a raíz de diferentes circunstancias, como malas cosechas, han experimentado un incremento de precio. ¿Y qué pasará este 2025? Parece que los productos “más sensibles al aumento de precios de este año son el café, los productos de chocolate, las legumbres, los cereales, las frutas y verduras frescas, y los productos derivados del aceite de oliva”, según señala Albert Sabi, del equipo de compras de alimentación seca del grupo Pyrénées, en la ANA. En estos precios tendrán que ver factores como “las cotizaciones en los mercados, las condiciones climáticas y los costes de transporte”. Evidentemente, el incremento de precios ha tenido un impacto en los establecimientos comerciales. Así, desde Pyrénées explican que el aumento que ha experimentado por ejemplo el café y el cacao les ha afectado, ya que “son productos que los clientes compran a menudo”. Y para garantizar que sigan siendo productos asequibles aseguran que han “tomado decisiones como reducir los márgenes de beneficio”. Esto significa que ganan menos por cada venta, pero evitan “que el precio final sea demasiado alto”. En este sentido, reivindican que desde el grupo trabajan para que estos incrementos “sean lo más pequeños posible y ofrecer siempre el mejor precio que podemos”. Así, entre otros, también se hacen acuerdos con los proveedores para conseguir mejores precios y también para “optimizar el transporte para no repercutir las subidas directamente” en los clientes. En este sentido, desde el grupo Pyrénées ponen de relieve que en todos los negocios hacen “lo posible” para que los clientes no se vean afectados por los incrementos de precio. Para conseguirlo recurren a diferentes estrategias entre las que se están: Reducir los márgenes de beneficio, ofreciendo por tanto precios más ajustados; “planificando bien las compras”, buscando “siempre las mejores opciones con los proveedores”; “mejorando los gastos logísticos, optimizando las cargas de camiones, cambiando flujos y estableciendo procesos de “picking automáticos que mejoran la eficiencia”; aprovechando las promociones y ofreciendo productos variados. El objetivo, aseguran, no es otro que ofrecer a los clientes el mejor producto “sin renunciar a la calidad”.
El cliente cambia su forma de consumir
¿Y cómo ha impactado la subida de la cesta de la compra en los hábitos de los clientes? Pues lo que se constata es que “muchas personas buscan promociones, formatos más grandes o alternativas más económicas. Esto también pasó con el aceite de oliva, donde muchos clientes han ajustado el consumo o han optado por otras opciones”. En este sentido, añaden que “es normal que, en momentos como este, la gente se lo piense más antes de comprar” y subrayan que el reto es “ofrecer soluciones adaptadas” a las necesidades de los clientes. Pese a todo, señalan el hecho de que hay productos que, aunque suban de precio, “se siguen vendiendo mucho porque son esenciales o forman parte de la vida diaria”. En este grupo encontraríamos el café y el cacao, “imprescindibles para muchos desayunos”, y también el pan, la leche y otros productos básicos. ¿Y la opción de la marca blanca? En las tiendas Carrefour del grupo Pyrénées, donde sí disponen de marcas blancas, se ha evidenciado “un aumento de la demanda”. Así, ponen de relieve que “muchos clientes confían en ellos porque son más económicas y mantienen una buena calidad. Eso ayuda a las familias a ajustar mejor sus presupuestos”, manifiestan. De todas maneras, también se constata que en Pyrénées, hay “clientes que siguen apostando por productos prémium o de lujo, valorando mucho la calidad y la experiencia de compra aunque incrementen el precio”.