La Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Andorra (CCIS) presenta las conclusiones de los resultados de la encuesta de clima empresarial correspondiente al primer semestre de 2024, en la 55ª edición, así como las expectativas de los empresarios de cara a los meses siguientes. Durante este plazo, la economía en Andorra ha continuado dando muestras de fortaleza y ha conseguido mantener un crecimiento sólido, a pesar del contexto macroeconómico adverso. Según el departamento de Estadística, el PIB real andorrano ha aumentado un 1,7% interanual durante el segundo trimestre de 2024; este dato se aproxima a la media del periodo 2018-2019 (+1,8%) y se sitúa nuevamente por encima del ritmo de crecimiento de la zona euro.
Por el lado de la demanda, el dinamismo de la economía andorrana se explica principalmente por dos elementos clave: la evolución favorable del consumo privado –que se ha beneficiado del vigor del mercado laboral y del crecimiento demográfico y, de manera destacada, el excelente comportamiento del turismo, que continúa registrando cifras récord y se refuerza como un pilar básico del impulso económico.
Por sectores, la construcción ha continuado liderando el crecimiento durante la primera mitad del año 2024, a pesar del ajuste significativo del mercado inmobiliario y el aumento de los costes financieros. Los servicios también han continuado con un impulso notable y han contribuido de forma destacada al estímulo de la actividad económica. Dentro del sector terciario, sobresale el dinamismo de las actividades financieras, profesionales, tecnológicas y técnicas, y las relacionadas con la educación y la sanidad. También los servicios vinculados a la hostelería y al turismo han seguido experimentando una demanda muy elevada, aunque, como era de esperar, el ritmo se ha moderado en comparación con los fuertes aumentos de 2023.
En cambio, el comercio al por menor ha continuado mostrando un ritmo de avance más bien discreto, próximo al estancamiento. Y finalmente, la recuperación de la industria se ha mantenido débil y más lenta que la del conjunto de la economía.
Pese a las buenas cifras, la Cámara apunta que para consolidar e incrementar el crecimiento potencial de la economía, “es fundamental impulsar políticas públicas que fomenten un tejido productivo más competitivo y resiliente”. Para conseguirlo, añaden, hay que centrar los esfuerzos en ámbitos en los que hay más margen de mejora, como la transformación digital, la inversión en investigación e innovación, y el desarrollo de competencias de los trabajadores. Además, “es imprescindible simplificar las trabas burocráticas, fomentar el emprendimiento y ajustar la oferta educativa a las necesidades cambiantes del mercado laboral”.
Además, exponen que las pymes necesitan apoyo e incentivos para acelerar la integración de tecnologías digitales en sus procesos productivos y organizativos. En este sentido, el Programa de digitalización destinado a empresas (PDE), impulsado por Andorra Digital en colaboración con Andorra Business y la Cámara de Comercio, “es una herramienta muy valiosa para permitir a las empresas avanzar en el camino hacia la digitalización”.
Evolución de la economía
Las perspectivas para el conjunto del año 2024 apuntan a la continuidad del comportamiento expansivo de la economía andorrana, con un ritmo de crecimiento que podría situarse por encima de lo esperado a principios de año (+1,8%). Entre los aspectos que hacen prever esta evolución positiva de la economía está el mantenimiento de la fortaleza del mercado de trabajo, la moderación gradual de la inflación y las condiciones más favorables de financiación, que favorecerán un mejor comportamiento del consumo y de la inversión.
Otro elemento importante de apoyo es la evolución de las economías vecinas, y en particular de España, que será la economía avanzada que más crezca este año, según estimaciones del FMI (+2,9%). Por el contrario, los principales riesgos a la baja sobre la actividad son la elevada incertidumbre geopolítica, la persistencia de una inflación subyacente elevada que ralentice la bajada de tipos de interés y la debilidad del entorno global y europeo.
Según las encuestas de clima empresarial de la Cámara, las expectativas se mantienen optimistas, con una evolución de la marcha de los negocios que tenderá a mejorar de manera generalizada. Por sectores, se prevé que la construcción y los servicios continuarán impulsando el crecimiento.
Todo ello apunta a que la economía andorrana podrá seguir alargando su ciclo de crecimiento durante el año 2025, a un ritmo moderado, con la hipótesis de que las incertidumbres geopolíticas no vayan más allá y no afecten gravemente a la inflación y al crecimiento europeos.
A continuación se detallan los resultados obtenidos a partir del trabajo de campo efectuado durante los meses de julio y agosto de 2024 con una muestra formada por 796 empresas de los sectores de la industria, la construcción y los servicios.
Evolución por sectores
La industria ha mostrado una mejora gradual de la actividad, pero su evolución se mantiene débil y menos favorable que la del resto de grandes sectores económicos. Las empresas han continuado haciendo una valoración favorable de la marcha de los negocios, si bien el nivel de optimismo se ha situado bastante por debajo de la media de los últimos dos años. En concreto, el 43% ha considerado que la situación de los negocios ha sido buena, frente a un 15% que la ha valorado negativamente. Como resultado, el saldo que indica la diferencia de respuestas positivas y negativas se ha situado en +28 puntos, un valor netamente inferior al registrado un año atrás (+44 puntos).
En paralelo, por séptimo semestre consecutivo, se ha producido un crecimiento interanual de los volúmenes de producción, pero este incremento ha sido muy contenido, en línea con los registros del año 2023. El principal obstáculo que limita la actividad industrial sigue siendo el encarecimiento de los suministros y materiales, con el 73% de empresas que lo han señalado, así como la falta de mano de obra cualificada.
Por su parte, la construcción registra nuevamente los resultados más positivos. El dinamismo de la actividad se sustenta principalmente en la edificación residencial, gracias a la inercia positiva del mercado de trabajo, al aumento de la población y al vigor de la demanda extranjera. Además, las iniciativas de obra pública destinadas a incrementar la oferta de vivienda asequible también aportan un impulso significativo a la actividad.
Igualmente, el volumen de obra contratada ha desacelerado el ritmo de avance, debido a una moderación en la contratación en el segmento de la vivienda –principal motor de la actividad–, por el deterioro económico global y por el hecho de que los costes más altos de financiación suponen una barrera para posibles compradores con menos capacidad económica.
Los servicios son el sector que más está contribuyendo a la expansión de la actividad económica en Andorra. Ahora bien, desde el año 2023 el ritmo de crecimiento se ha desacelerado de manera notable, en gran parte porque el dinamismo de los servicios vinculados al turismo ha ido perdiendo intensidad, lógicamente, a medida que las cifras se normalizaban tras la fuerte recuperación pospandémica.
La percepción de los empresarios sobre la marcha de los negocios ha sido en general satisfactoria: cerca de un tercio de las empresas encuestadas –el 31% del total– la han calificado de favorable, mientras que la opinión contraria ha sido con diferencia la menos destacada (con un 18% que la han valorado negativamente).
El comercio minorista, aunque ha tenido el apoyo del buen comportamiento del mercado de trabajo, la contención de la inflación y el dinamismo del turismo, no ha conseguido consolidar una reactivación clara de la actividad en el primer semestre de 2024. Los comerciantes muestran un optimismo muy moderado en relación con la evolución de sus negocios y en conjunto indican una cierta estabilización de la situación comercial en el primer semestre de 2024.
Finalmente, se destaca que el sector turístico continúa registrando niveles de actividad históricamente elevados. Así, durante la primera mitad del año 2024 los indicadores de demanda turística han seguido marcando cifras récord; ahora bien, como era previsible, dentro de una tendencia a la moderación de los ritmos de crecimiento hacia valores más sostenibles. Las opiniones empresariales confirman que la marcha de los negocios en los servicios de alojamiento turístico ha sido bastante satisfactoria, aunque muestran una visión menos optimista que la apuntada en los dos años anteriores. Así, el 38% de los establecimientos han considerado que la situación de los negocios ha sido favorable, un porcentaje 20 puntos inferior al de un año atrás, mientras que sólo 1 de cada 10 la han valorado en términos negativos.