El segundo taller deliberativo del consejo consultivo para la elaboración de nuevo Plan de ordenación y urbanismo de Andorra la Vella (Poupav) ha tenido como eje principal la transición ecológica y la gestión ambiental. La sesión, que se ha celebrado este lunes por la tarde en la sala Consòrcia del centro de congresos, ha permitido abordar de manera participada cuestiones clave para la sostenibilidad ambiental y la adaptación al cambio climático en el futuro urbanístico de la parroquia, como los riesgos naturales, la gestión del agua, el paisaje, la infraestructura verde, salud pública o las energías renovables.
Siguiendo la metodología de diagnosis participada, los representantes de entidades sociales, ambientales, colectivos profesionales y técnicos han trabajado en grupos para identificar prioridades, carencias y propuestas de actuación. Así pues, la actividad ha permitido analizar la necesidad de proteger a los corredores naturales, mejorar la conexión de los espacios verdes, y garantizar un urbanismo más resiliente ante fenómenos extremos.
Otra de las cuestiones que se ha puesto sobre la mesa ha sido la calidad del paisaje de la parroquia, abordando la integración paisajística de los diferentes espacios y la cohesión de todo el entramado urbano. Finalmente, se ha abordado la importancia de fomentar fuentes de energía más sostenibles y de introducir criterios ambientales en el planeamiento urbanístico, con una mirada integral que vincule territorio, salud y calidad de vida.
Este segundo taller forma parte de la hoja de ruta participativa que la comuna ha puesto en marcha con una voluntad de recoger las opiniones y necesidades de diversos sectores de la sociedad, promoviendo un urbanismo más consensuado y adaptado a la realidad de la parroquia para definir el Andorra la Vella del futuro. Con esta apuesta por la participación, la comuna “reafirma su compromiso con un modelo urbanístico que responda a las necesidades actuales y futuras de los ciudadanos”, afirman en un comunicado.