Este sábado ha tenido lugar en Tortosa el encendido de torres, atalayas y talayotes del Mediterráneo por los Derechos Humanos que tiene como objetivo sensibilizar a la población sobre la situación que se está viviendo en el mar Mediterráneo, donde muchas personas migrantes han perdido la vida. Además, también quiere poner en valor los elementos defensivos históricos como un bien patrimonial que hay que difundir y preservar.
Esta iniciativa nació en Mallorca en 2016, pero a través del Instituto Ramon Muntaner (IRMU) se ha conseguido llegar a todos los territorios de habla catalana como la Franja, la Cataluña del Norte o el País Valenciano.

Este año se han encendido un total de 150 torres de una cincuentena de municipios y Tortosa, por primera vez, también ha querido formar parte. Desde la Torre del Célio, una torre de vigilancia del siglo XIV anexada a la muralla que baja de las Avanzadas de San Juan, el grupo de diablos de Lo Golafre han oficiado el encendido de las bengalas.
Desde la plaza Menahem Ben Saruq, debajo de la torre, Jordi Sebastià, en representación de la Asociación de Amigos y Amigas de los Castillos y del Casco Antiguo, conjuntamente con Consol Sagrera, presidenta de los Amigos y Amigas de la UNESCO en Tortosa, han sido los encargados de hacer la lectura del manifiesto que ha preparado el escritor Josep Vallverdú i Aixalà, con motivo del año de su centenario, organizado por el Gobierno de la Generalitat de Cataluña.

Así pues, Vallverdú ha recordado que “la constante emigración de masas africanas hacia Europa ha distorsionado las previsiones morales que llevábamos heredadas y las han dejado laxas, hasta extremos peligrosos”, especificando que “se calcula que hay más de dos mil naves hundidas en el Mediterráneo, lanchas inservibles cargadas en exceso, que zarpan de las costas de Libia y otros lugares”.
Unas muertes que se podrían evitar si los países de la Unión Europea trabajaran para tener unas políticas de consenso con unos protocolos claros a la hora de actuar ante estos rescates. Un hecho en el que Vallverdú también hace mención diciendo que “haría falta un esfuerzo presupuestario inmenso y repartido sensatamente entre todos los países europeos para respetar debidamente los derechos humanos de los migrantes”.

Pero las reivindicaciones del respeto por los derechos humanos fundamentales vienen de lejos, y por eso el consistorio tortosino ha querido vincular este acto a otra efeméride, la de la caída de la ciudad de Tortosa en manos de las tropas franquistas el 13 de enero de 1939. En este sentido, el alcalde de Tortosa, Jordi Jordan, ha dicho que “aún nos queda mucho por hacer como ciudad en el ámbito de la reparación de la memoria de las víctimas de la Guerra Civil y de todas las guerras que hay en el mundo”.

Por su parte, la concejala de Cultura y de Memoria Democrática, Mar Lleixà, ha dicho que “la recuperación de la memoria histórica es un derecho humano esencial para avanzar en la reparación de las discriminaciones y violencias. Tenemos que mirar atrás, para poder mirar adelante”.
Previamente al acto, el Aula Didáctica del Museo de Tortosa ha acogido la charla “Tortosa, 1939. Las ruinas de una guerra”, a cargo de la periodista miembro del grupo de trabajo de memoria histórica DEMD-Ebre, Sònia Castelló, así como la conferencia “Con los derechos humanos en la memoria”, que ha impartido el director general para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos del Gobierno de la Generalitat de Cataluña, Adam Majó.

Majó ha destacado que “si mejoramos como sociedad podremos espolear a las nuevas generaciones para que puedan conseguir más cuotas de igualdad, justicia y solidaridad” y que “con el paso del tiempo, la memoria viva deja de serlo porque ya no hay nadie vivo en la contemporaneidad y, entonces, pasa a ser historia para las generaciones que nos vienen detrás”.
Después del encendido de la torre, se ha hecho una lectura de poemas por parte de los miembros del colectivo de DilluMs d’Art al Forn y la coral Vent de Dalt ha interpretado la canción El canon de la Paz, de Francis Terral, y la canción Companys, no és això, de Lluís Llach.
Cabe recordar que los otros municipios participantes de las Tierras del Ebro en el acto de encendido de las torres han sido: Amposta, Campredó, Falset, Batea, la Ràpita, Alcanar y la Sénia.