El uso de cámaras de videovigilancia se extiende a los accesos y vías públicas de las poblaciones de las Terres de l'Ebre. Ayuntamientos de la comarca del Montsià, como Ulldecona y Santa Bàrbara, han instalado recientemente cámaras con lectores de matrícula para controlar el tráfico de vehículos que entran y salen del casco urbano así como en algunos tramos viarios específicos. Un sistema que, según reconocen, les resulta útil también para disuadir la comisión de delitos contra el patrimonio y, en algunos casos, poder perseguirlos. En este sentido, aseguran que las cámaras, en funcionamiento desde hace meses en fase de prueba piloto, han ayudado también a los cuerpos de seguridad locales a frenar y resolver posibles robos en domicilios y en el campo.
El Ayuntamiento de Ulldecona se planteó la instalación de videocámaras hace algo más de dos años, a raíz de una ola de robos silenciosos en el interior de domicilios durante el verano. En funcionamiento en período de pruebas desde hace unos meses, dispositivos de grabación equipados también con lectores de matrícula captan ya todos los vehículos que circulan por los cuatro principales accesos del casco urbano de la población.
Funcionan enviando las imágenes a través de la red telefónica móvil a la policía local, que se encarga de revisarlas y gestionarlas. Los agentes no las supervisan al momento y de forma constante, sino que suelen recurrir a ellas cuando tienen conocimiento de que se puede haber producido una infección o hecho delictivo. Un software avanzado permite consultar, detectar e identificar los vehículos.
En principio, la normativa catalana únicamente permite utilizar estos dispositivos a cuerpos y fuerzas de seguridad, incluidas policías locales y vigilantes municipales, para funciones de control de tráfico. Sin embargo, la posibilidad de que estas captaciones puedan captar el paso de posibles delincuentes -principalmente, hurtos o robos en viviendas- y poder contribuir con las grabaciones a localizarlos, trasladando la información a otros cuerpos policiales competentes, ha ayudado a extender su uso.
"Creemos que es un buen instrumento que complementa el trabajo de la policía local", ha declarado a la ACN la alcaldesa de Ulldecona, Núria Ventura. En el caso de Ulldecona, ha recordado que la plantilla policial, formada por un mando y trece agentes, debe cubrir un término municipal muy grande, con cinco barrios o núcleos de población diseminados, lo que dificulta especialmente su tarea. A todo esto se añade la proximidad con la frontera administrativa del País Valencià, con una organización policial diferente.
"En términos de seguridad es difícil saber el efecto disuasorio: sabemos si la gente se siente segura o no. Es complicado determinar si ha pesado más la instalación de cámaras o el incremento de la plantilla de agente de la policía local. Pero estamos satisfechos con los números en la mano", ha subrayado. El consistorio ha invertido unos 17.000 euros en su adquisición a la empresa Solfix, de Guadalajara. Antes de ponerlas en marcha, ha tenido que pasar un complejo y largo proceso de autorización ante la Comisión de Control Dispositivos de Videovigilancia de Catalunya. También se ha tenido que formar a los agentes para gestionar las imágenes. "Creemos que es una buena inversión para el municipio y han venido para quedarse", ha cerrado Ventura.
Control de los hurtos de algarrobas
En el municipio vecino de Santa Bàrbara, también han optado por la misma empresa y, desde el verano, tienen instaladas nueve cámaras -tres de las cuales con lectores de matrícula- en dos accesos y dos puntos más del interior del casco urbano que resultaban conflictivos. "Están distribuidas por la población y el objetivo es captar las 24 horas del día y los 365 días del año todos los vehículos que entran y salen, con identificación de la cámara y visión del vehículo", ha indicado el alcalde, Antonio Ollés, precisando que, de momento, todavía funcionan en "fase de prueba".
En el caso de Santa Bàrbara, que no dispone de cuerpo de policía local, son los vigilantes municipales los encargados de revisar y gestionar las imágenes. Aunque, también sobre el papel, tienen únicamente atribuidas las funciones de control de tráfico, de entrada y salida principalmente, el gobierno municipal cree que han resultado útiles para otras cuestiones relacionadas con la seguridad. "Funcionan bastante bien. Hemos tenido experiencias positivas en colaboración con los Mossos, sobre todo cuando había robos de algarrobas. Hacíamos seguimiento de coches cuando entraban, salían o pasaban por la población", ha explicado Ollés.
Las imágenes, ha asegurado, están "a disposición de los Mossos" para resolver posibles delitos y en los recientes casos de hurtos de algarrobas ya se les trasladaron datos obtenidos con este sistema. El control de tráfico con estos dispositivos no tiene, según el mismo alcalde, un uso sistemáticamente sancionador -recuerda que no disponen de radar de velocidad, por ejemplo-, si bien se pueden utilizar las grabaciones como prueba para acreditar la comisión de infracciones, especialmente graves, o delitos.
La empresa Solfix, a quien el consistorio ha pagado 18.000 euros por el sistema, se ha encargado de hacer la formación de los vigilantes y también de gestionar los permisos necesarios. De momento, ha asegurado el alcalde, siguen "en trámite" a la espera del visto bueno de la Comisión de Control Dispositivos de Videovigilancia de Catalunya. Un dictamen de la Autoridad Catalana de Protección de Datos del año 2021 reconoce que los municipios con únicamente cuerpo de vigilantes pueden disponer de estos dispositivos de videovigilancia "con las finalidades de control del tráfico, pero, limitadas a las funciones que los vigilantes municipales pueden ejercer".
Vigilar el tráfico conflictivo en Alcanar
Ulldecona y Santa Bàrbara no son los primeros municipios del Montsià con estos dispositivos en la vía pública. Alcanar instaló antes de la pandemia para controlar en un radio de 500 metros tres tramos viarios concretos de la población y la policía local es la encargada de gestionar las imágenes.
Según ha explicado el alcalde, Joan Roig, se situaron seis cámaras en puntos de la vía pública donde se habían detectado problemas de seguridad vial y conducción incívica o temeraria: desde coches a gran velocidad, trompos o, incluso, algunas carreras. En este caso, la presencia de cámaras se encuentra señalizada con carteles y, según Roig, ha resultado efectiva a la hora de prevenir estas conductas y posibles accidentes. "El impacto ha sido brutal", ha sentenciado.