Tortosa acabará aplicando una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en 2026. Así lo tendrá que hacer después de que la Dirección General de Cambio Climático y Calidad Ambiental haya corregido la comunicación enviada el 18 de noviembre, en la que eximía a la ciudad de delimitar una ZBE por la “buena calidad del aire”. Quince días después, sin embargo, la Generalitat ha notificado al Ayuntamiento que la capital del Baix Ebre sí debe desplegar las restricciones.
En una atención a los medios este jueves, el alcalde Jordi Jordan ha declinado pronunciarse sobre el cambio de criterio. Según ha informado el gobierno local a través de un comunicado, aunque Tortosa no supera los umbrales de contaminantes como las partículas en suspensión de diámetro inferior a 10 micras o el dióxido de nitrógeno, “sí que sobrepasa los valores objetivos del ozono troposférico”. Este hecho obliga ahora a diseñar e implementar la ZBE a lo largo de 2026.
El Ayuntamiento recuerda que, tras recibir la primera notificación que le eximía de aplicar la ZBE, renunció a la subvención prevista para ponerla en marcha. Pese a ello, el consistorio afirma que ha justificado correctamente el importe concedido de 11.000 euros.
