El pasado 1 de octubre era el Día Mundial de las Personas Mayores y, en Tortosa, el Consejo de la Gente Mayor tenía preparado un acto para homenajear a una serie de tortosinos y tortosinas mayores de edad que han destacado de alguna manera en su ciudad. No obstante, las fuertes lluvias y las alertas de la DANA obligaron a posponer el acto que, finalmente, tuvo lugar ayer por la tarde en el Aula Didáctica del Museo de Tortosa.
Es la primera vez, desde los 35 años de existencia del Consejo de la Gente Mayor, que el Ayuntamiento de Tortosa apuesta por rendir un reconocimiento así a sus ciudadanos de más edad. Un acto que ha sido muy bien recibido por la comunidad y que han agradecido que sea la primera vez que se les tiene en cuenta y que se les pone en el centro de las políticas sociales para la gente mayor.
Así pues, el concejal de la Tercera Edad, Paco Vallespí, ha destacado que “en Tortosa tenemos 7.000 tortosinos de más de 65 años” y que “este es un acto importante y merecido para todas aquellas personas que contribuyeron a hacer un mejor presente para nuestra ciudad de Tortosa. Por lo tanto, bendita la gente mayor y todo lo que hemos aprendido de ellos”.
En su turno, el alcalde de Tortosa, Jordi Jordan, ha dicho que “es el momento más emotivo que he vivido como alcalde en estos años” y que “todos ellos tienen una cosa en común que es que habían tenido una vida llena de valores y son todo un ejemplo para la ciudad”. Anunciando que este reconocimiento ha venido para quedarse y que irán celebrándolo anualmente.
El acto homenajeó a un total de ocho personas procedentes de diferentes ámbitos y sectores de la sociedad que, por alguna razón, habían acabado dejando huella en su ciudad o en la ciudad que los acogió. Todos los homenajeados estaban aún en vida, a excepción del caso de Francisco Faiges, empresario oleico, que ha sido a título póstumo en reconocimiento de toda su trayectoria.
El resto de premiados han sido:
- Premio a la Proyección Exterior, al bailador de jotas, Ramon Balagué.
- Premio al Reconocimiento Municipal, al director de la Revista de la Gent Gran, Josep Maria Estrada.
- Premio de Oficios Tradicionales, al tapicero del Raval, Francesc Favà i Guimerà.
- Premio a la Investigación, Salud y Ciencia, a la doctora del CAP del Temple, Gràcia Garcia.
- Premio al Asociacionismo y el Voluntariado, a Maria Cinta Jardí, directora de Cáritas Interparroquial.
- Premio a los Deportes, a la exjugadora del Bàsquet Cantaires y profesora, Pili Monclús.
- Premio Cultural, al fotógrafo del Rastro, Antonio Roca i Cid.
- Premio a la Emprendeduría, a la carnicera de Remolins y del Mercado Municipal, Paquita Salaet.
Unos reconocimientos que también han contado con la conferencia previa del gerontólogo y psicólogo, director del Área de la Gente Mayor de la Fundación La Caixa, Javier Yangüas, que ha impartido la ponencia “Los retos de la nueva longevidad”.
Yangüas ha explicado que ya nos encontramos en el punto en que la generación del Baby Boom está llegando a la sesentena y, por lo tanto, el 40% de la población ya tiene más de 65 años.
Afirma que nos encontramos en una situación cambiante a muchos niveles y que, esto, tendrá consecuencias directas en la población de más edad tanto en lo que se refiere a la soledad no deseada, como a los núcleos familiares como a los cuidados y atenciones.
Así pues, para Yangüas, “de los 14 millones de personas, entre 1,5 y 2 millones llegarán a la vejez sin haber tenido descendencia y un 20% más, no tendrán pareja”. En cuanto a los cambios en los cuidados, cree que “nos encontramos con una sociedad que está negando la vulnerabilidad y que tiene miedo a perder la autonomía o su independencia” y que “quienes tienen descendencia tampoco hablan con sus hijos sobre este tema porque no quieren que lleven la carga que han sufrido sus generaciones, pero si negamos la conversación, estamos negando la interdependencia”.
Una curiosidad que destaca, sin embargo, es que “los mismos que no quieren ser cuidados por sus hijos, no tienen problemas para ser cuidados por la ‘cura colonial’, es decir, por las mujeres venidas de América Latina que necesitan poder trabajar”.
Abriendo la puerta también al debate de la eutanasia, aún por explorar, dado que muchos de los encuestados refieren que preferirían morirse antes que estar en un estado vegetativo y suponer una carga para sus familiares.
Otro de los problemas detectados, según Yangüas, son los cambios con los tipos de relaciones, dado que antes prácticamente nadie se divorciaba y ahora, incluso, encontramos casos de familias monoparentales. “Estamos demasiado acostumbrados a conjugar solo la primera persona del singular y muy poco las del plural” y “vivimos en una dictadura de la felicidad en la que nos han enseñado a no mostrar las miserias a los demás”. En definitiva, que la sociedad se está volviendo cada vez más individualista y menos comunitaria y que mucha gente vive las relaciones “como si fueran una hoja de Excel, sin empatía, evaluando solo los costes y beneficios que sacan” y, otros, “se piensan que la jubilación es como una especie de resort permanente en Punta Cana”.
Y no, para el gerontólogo, “la buena vida no es aquella en la que no hay compromisos, sino aquella que se consigue cambiando la forma de entender la vejez y que está comprometida con el bien común”.
En el transcurso del acto, Consol Sagrera y Jordi Bonilla, representantes del Consell de la Gent Gran, han sido los encargados de leer el manifiesto de la Diada de la Gent Gran. El acto, conducido por el periodista Ignasi Vidal, ha concluido con la actuación del grupo de baile de jotas tortosinas, Lo Planter, fundado por los Balagué, con la interpretación del Fandango dels Adéus y los bailes a cargo de Carme Balagué y Josep Garcia.
