El Ayuntamiento de Amposta ha puesto en marcha un proyecto clave para la recuperación y rehabilitación del Molí de Miralles, uno de los elementos patrimoniales más significativos situados en la fachada fluvial de la ciudad. Este miércoles, 17 de diciembre, el alcalde Adam Tomàs, junto con la concejala de Cultura y Memoria Histórica y la directora del Museu de les Terres de l'Ebre, han dado a conocer los resultados de los estudios preliminares y las principales directrices de actuación que permitirán garantizar tanto su conservación como una rehabilitación integral.
Según explicaba Tomàs, "El año 2023 se formalizó la adquisición pública del Molí de Miralles por un importe de 97.000 euros, una operación que contó con la colaboración del propietario privado, que entendió que la mejor vía para preservar el edificio era su titularidad pública".
Proyecto técnico y plan de actuaciones
Tras esta adquisición, el Ayuntamiento ha llevado a cabo diferentes estudios técnicos que han permitido elaborar un proyecto inicial enfocado a consolidar la estructura. Entre las intervenciones previstas se encuentran el refuerzo de la cubierta, la estabilización estructural interior y el cierre hermético de los espacios para evitar una degradación progresiva. Estas medidas son imprescindibles antes de iniciar una rehabilitación más amplia del conjunto arquitectónico.
Además, Tomàs señalaba que el Molí forma parte del Plan de Barrios, un proyecto presentado a la Generalitat que podría acelerar considerablemente las tareas si se obtiene financiación: "En este escenario, el proyecto podría desarrollarse dentro del horizonte temporal del plan, que prevé una duración inicial de cinco años, ampliable hasta ocho, período en el que el equipamiento podría quedar plenamente rehabilitado".
Valor histórico y singularidades arquitectónicas
Datado originalmente en el siglo XV, el Molí de Miralles es reconocido por su alto valor histórico y arquitectónico. Un elemento destacado es el uso reutilizado de piedras procedentes del antiguo castillo de Amposta —visibles especialmente en una arcada conservada—, lo que vincula esta construcción con otros proyectos municipales dedicados a proteger el patrimonio histórico urbano.
Aproximaciones a los usos futuros
Aunque todavía no se ha definido con exactitud cuáles serán los usos finales del molino después de restaurarlo, desde el consistorio se quiere apostar porque sea un espacio vivo y funcional respetando siempre los valores arquitectónicos e históricos. Esta línea sigue ejemplos como las casas del Castillo o edificios patrimoniales como el antiguo Sindicato o la biblioteca municipal.
La acción dentro del Plan de Acción Municipal (PAM)
La redacción definitiva del proyecto forma parte también como acción número 22 dentro del Plan de Acción Municipal (PAM), reafirmando así el compromiso institucional con esta iniciativa cultural estratégica.
Detalles sobre los estudios históricos recientes
Este mismo miércoles 17 de diciembre a las 19 horas tendrá lugar en el Museu de les Terres de l’Ebre una presentación pública donde se mostrarán los resultados de los trabajos realizados entre 2023 y 2024. Las investigaciones han sido encargadas por el Consorcio museístico local, dividiéndose en dos grandes bloques:
- Arqueología, historia y memoria oral: A cargo de una arqueóloga experta —Judit Ciurana— quien ha reconstruido cronológicamente el pasado del molino identificando elementos arquitectónicos característicos según diferentes épocas. También se han recogido testimonios orales vinculados a los últimos años funcionales del molino aportando detalles sobre maquinaria empleada en el proceso oleícola así como aspectos sociales relacionados con este espacio como punto habitual de encuentro.
- Análisis técnico en 3D: Jordi Gallart, técnico superior en Diseño Mecánico ha elaborado una animación tridimensional explicativa sobre el funcionamiento antiguo hidráulico —concretamente— de una prensa de hierro forjado situada actualmente dentro del molino.
El edificio: protección oficial y ubicación estratégica
Situado en la plaza de l’Aube, este inmueble pasó a ser propiedad municipal en abril de 2023 con finalidades claras orientadas a mantener viva esta pieza representativa localmente catalogada como Bien Cultural de Interés Local (BCIL). Asimismo, está incluido tanto en el inventario patrimonial catalán como en catálogos específicos contemplados por el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM).
De acuerdo con Elena Fabra, directora museística, "Evidencias documentales confirman presencia estable a lo largo de al menos siete siglos; primer registro data ya el año 1487 cuando estaba parcialmente destruido por el asedio real contra el castillo local Juan II; posterior reconstrucción mantuvo actividad continuada hasta bien entrado siglo XXI adaptándose a los cambios tecnológicos vinculados al proceso oleícola tradicional."