La segunda fase de las obras para restaurar la cubierta del ábside de la Catedral de Tortosa, empezó a principios de septiembre, con el objetivo de detener las filtraciones de agua y otros procesos que están degradando la estructura del edificio. Esta actuación no solo busca preservar uno de los elementos arquitectónicos más icónicos del templo gótico, sino también abrir por primera vez el espacio al público. La previsión es que los trabajos estén completados antes de la Semana Santa de 2026, permitiendo a los visitantes acceder a una nueva área de la catedral.
El coste total del proyecto asciende a 552.743,51 euros, de los cuales un 75% son financiados por el Ministerio de Vivienda, gracias al 2% cultural, un 15% por la Generalitat de Catalunya y la Diputación de Tarragona, y el 10% restante por el Obispado de Tortosa. Estas inversiones son esenciales para garantizar la conservación de uno de los monumentos más importantes de la ciudad y de Catalunya.
Según el arquitecto responsable, Carlos Brull, la cubierta del ábside ha sufrido una "degradación importante" durante los últimos años, debido principalmente a las filtraciones de agua que, combinadas con otras patologías naturales, han provocado daños significativos en la piedra. Brull ha apuntado que, además de la humedad, otros factores como la falta de recubrimiento de las torretas han facilitado la entrada de agua y, con el tiempo, la creación de sales que deterioran la estructura. A esto se añaden las intervenciones hechas a lo largo de las décadas, como las de la década de 1960, que, en lugar de mejorar la conservación, utilizaron materiales inadecuados, empeorando la situación.

Una restauración con un enfoque completo
Las obras actuales, que se desarrollarán en varias fases, no solo deben centrarse en la rehabilitación de la cubierta, sino también en la adecuación del espacio para visitas guiadas, con un acceso restringido pero seguro. Por primera vez, los visitantes podrán acceder al espacio por el ángulo noreste del claustro, pasando por unas escaleras de caracol en el interior de la torre de Santa Caterina. La ruta incluye una visita a la cubierta y el descenso desde la torreta de Sant Pere, permitiendo así que los turistas experimenten una vista única del patrimonio histórico.
Durante la segunda fase de restauración, se realizarán tareas de limpieza para eliminar la suciedad acumulada, así como las colonizaciones biológicas generadas por las infiltraciones de agua. Además, se reforzarán las estructuras originales de las torretas con piezas de piedra nuevas adaptadas a la forma original, evitando que el agua pueda volver a penetrar.
Las vidrieras emplomadas también serán restauradas y limpiadas, y se sustituirán las estructuras metálicas oxidadas por nuevos soportes de acero inoxidable, garantizando así una conservación a largo plazo. También se completarán las barandillas metálicas en el interior de los antepechos, que nunca fueron terminadas durante la construcción original, creando una reproducción precisa de los elementos originales con un remate piramidal.

Implicaciones para el patrimonio y el turismo
El obispo de Tortosa, Sergi Gordo, ha destacado la importancia de las obras para garantizar la conservación de este monumento histórico, y ha añadido que permitirán a los visitantes no solo disfrutar del espacio sagrado, sino también ser testigos de la belleza y el valor artístico de la catedral. "Significa que velamos por la conservación de este edificio emblemático, en el que muchos entran como turistas pero a veces salen como peregrinos porque quedan impactados por las obras de arte, el silencio y el espacio sagrado", ha asegurado Gordo.
El alcalde de Tortosa, Jordi Jordan, también ha celebrado el inicio de las obras y ha resaltado la dignificación de un espacio tan importante para la ciudad. Según Jordan, la restauración contribuirá a enriquecer la oferta turística de Tortosa, añadiendo valor a la catedral como lugar de culto y como atractivo para los turistas. En este sentido, ha relacionado esta actuación con otros proyectos de rehabilitación urbana, como el de la Suda, y ha destacado la importancia de estas obras para el desarrollo económico y la conservación del patrimonio de la ciudad.
Con las obras en marcha y la previsión de abrir la cubierta del ábside al público dentro de poco más de ocho meses, Tortosa se prepara para ofrecer una nueva oportunidad a los turistas y peregrinos que quieran conocer más a fondo la grandeza de la catedral gótica de Santa María.