Agentes Rurales han denunciado a una persona por instalar 22 cepos para capturar pájaros en una finca privada del Montsià. También se encontraron seis pájaros muertos, cinco de los cuales eran de especies protegidas. Eran un mosquitero común, tres currucas capirotadas y un petirrojo.
El sexto era un tordo común, pero es una especie cinegética que, aunque se encuentre en periodo hábil de caza, solo se puede abatir con arma de fuego. Capturar aves protegidas y hacerlo con cepos no selectivos son delitos que pueden conllevar penas de prisión de 4 meses a 2 años, multas de 8 a 24 meses y también la inhabilitación para cazar de 1 a 4 años. Usar cepos constituye un delito penal independientemente de la especie abatida.
Durante la inspección de una quema de restos vegetales que no estaba apagada, los Agentes Rurales encontraron un pájaro mosquitero común muerto cazado con una ratonera camuflada, como se conoce en el territorio al cepo. Estas trampas para matar pájaros están prohibidas. Estas aves protegidas se alimentan de pequeños invertebrados y controlan las poblaciones de insectos que podrían producir plagas.