Esta mañana, el alcalde de Tortosa, Jordi Jordan, y la concejala de turismo, Sònia Rupérez, han anunciado que se han empezado a restaurar las lápidas funerarias que presiden el presbiterio de la antigua Iglesia de Sant Domènec, ahora más conocida como Espai Sant Domènec o Centro de Interpretación de la Fiesta del Renacimiento. Anteriormente, también había sido la sede del primer museo municipal de la ciudad.
La Iglesia de Sant Domènec es uno de los tres edificios que conforma el conjunto arquitectónico renacentista catalán más importante del país, conocido popularmente como Reales Colegios. Fue inaugurada en el año 1585 y promovida por el obispo Juan Izquierdo y por el canónigo Baltasar Sorió, que son precisamente los dos personajes eclesiásticos que se encuentran enterrados.
Hace un par de años varios historiadores de la ciudad alertaron al Ayuntamiento de los desperfectos en los que se encontraban las lápidas funerarias, dado que el vidrio protector presentaba un aspecto hinchado fruto de la humedad. Entonces se decidió retrasar los cristales, pero desde entonces no se había efectuado ninguna actuación y las piezas estaban expuestas a ser pisadas por los visitantes de la capilla.
Finalmente, se han iniciado estas tareas de restauración y conservación de ambos sepulcros con la finalidad de proteger la piedra que había quedado dañada y erosionada por la acumulación de salnitre. La principal intervención ha consistido en retrasar el cemento que se había puesto para repujar el suelo de la iglesia y que estaban produciendo sal que laminaba la piedra y le hacía cambiar su tonalidad. Se ha consolidado también toda la parte que estaba arenizada y se han sellado las fisuras con una capa de mortero de cal hidráulica.
Además, en esta fase de limpieza se han descubierto restos de policromía, que también se han retocado, en las letras del epitafio de la lápida del obispo que falta saber los resultados del laboratorio que determinarán si son originales de la época constructiva o se realizaron a posteriori. Estas tareas de restauración han corrido a cargo de la restauradora de arte, Oliveras Poy.
La decisión del actual consistorio ha sido la de no volver a poner ningún vidrio ni elemento protector sobre las losas de piedra esculpida y acordonar su perímetro para evitar que la ciudadanía pise las lápidas. Asimismo, se señalizará correctamente el emplazamiento con un panel informativo explicando la historia de los impulsores de esta iglesia y se pondrán unas tiras de alumbrado LED alrededor de las lápidas.
De momento, no está clara la continuidad de este espacio como centro de conferencias y celebraciones de actos institucionales, como sí había sido hasta ahora, para garantizar la preservación de las lápidas. La actuación tendrá un coste total de 7.393 €.