Ayer por la noche, el monumental castillo de fuegos de artificio desde la playa fluvial de Ferrerías volvió a concluir las Fiestas de la Cinta, después de seis días llenos de actos pensados para todas las edades.
Previamente, también tuvo lugar el tradicional concierto de música de raíz de la mano del grupo Quico el Célio, el Chico y el Mut de Ferreries, que presentaban su último disco Ilercavonia, en el escenario del Paseo Central del Parque Municipal Teodoro González.
El consistorio ha trabajado en la misma dirección, iniciada el año pasado, de presentar un formato de fiestas mayores inclusivo y para todos los públicos.
Por este motivo, los principales actos han vuelto a contar con la interpretación con lenguaje de signos y se ha mantenido la fila cero reservada para personas mayores o con movilidad reducida.
Además, las atracciones y casetas de feria han tenido una franja horaria libre de ruido entre las 18:30h y las 19:30h para niños autistas y la chocolatada de ayer por la tarde fue apta para celíacos.
Unas fiestas que han contado también con un importante refuerzo policial coordinado entre los diferentes cuerpos de seguridad de la Policía Local, los Mossos d’Esquadra y Protección Civil, aparte de la presencia de los Puntos Lila para prevenir agresiones sexuales o lgtbifóbicas.
En este sentido, el alcalde de Tortosa, Jordi Jordan, ha dicho que “hemos disfrutado de unas noches de fiestas cívicas y sin incidencias destacables”.
En la valoración final, la concejala de Fiestas, Dolors Bel, ha querido destacar “el éxito de asistencia con más de 8.000 personas en el concierto de Figa Flawas la primera noche de las fiestas y las más de 3.000 personas asistentes al concierto del domingo de los Celtas Cortos, según datos de la Policía Local”.
Unas noches de música que han tenido una gran afluencia de público y una buena acogida en general, también en los conciertos de más pequeño formato con cantautores locales como los de Joan Rovira, Elma, Montse Castellà, la Tremenda Pop, la Banda Municipal de Música de Tortosa con la Orquesta Atalaia o los bailes de pubillas en el recinto del Auditorio Felip Pedrell amenizados por las orquestas Cimarrón, Pensilvania y Jamaica.
Tampoco podían faltar los actos más tradicionales dedicados a la Virgen de la Cinta como lo es la Ofrenda de Flores y Frutos que destina los alimentos y el material escolar recaudado a entidades benéficas y que contó con la Bandera de la Ciudad, este año llevada a tres manos entre los representantes de la Peña Ciclista Bajo Ebro – ¡Ya llegaremos!, que celebraban su 75 aniversario; los Cantaires del Ebro Delta-Club Universitario, que celebraban los 50 años de la existencia del Casal Tortosí; y el Centro de Deportes Tortosa, que estaba de celebración por los 50 años de la llegada del balonmano federado a la ciudad.
Una ofrenda que se acabó con la interpretación del Pasdoble-Himno de Tortosa por parte de la Banda Municipal de Música de Tortosa desde el Parque Municipal, donde también recibieron la imposición de la banda por parte del alcalde, Jordi Jordan.
Y el domingo de la Cinta, la mañana se inició con la solemne misa estacional en honor a la Virgen de la Cinta y que, por primera vez, fue oficiada por el Mn.
Sergi Gordo, nuevo obispo de la Diócesis de Tortosa y finalizó con el Baile del Águila de la ciudad.
Por la tarde, a pesar de las amenazas de lluvia, la procesión se pudo celebrar prácticamente con total normalidad, sólo marcada por la ausencia de los gigantes por precaución en caso de lluvia.
Una procesión que finalizó en la plaza de la Catedral con la emotiva entrada de la imagen procesional por las escaleras de la puerta principal hasta el altar. A continuación, la portadora del estandarte, la directora de Cáritas Tortosa, Cinta Jardí, signó el libro de honor, junto con los borlistas, María Jesús Gozalvo y Domingo Tomàs.
Una decisión que también ha levantado polémica entre partidarios y detractores de que el concejal de Junts per Tortosa y exconcejal de Fiestas, Domingo Tomàs, haya sido distinguido así por la Archicofradía justo un mes después de los hechos ocurridos en la plaza del Ábside durante la clausura de la Fiesta del Renacimiento.
En las fiestas también ha habido tiempo para los más pequeños con la instalación de un tobogán acuático gigante en la subida de los Jardines del Príncipe, en el barrio de Remolins; los inflables gratuitos en el barrio de Ferrerías, la chocolatada infantil, el Cós Iris, el espectáculo Acrobático Show, el cuentacuentos Un río de cuentos en el lagunero de Lo Sirgador o la fiesta infantil del Patronato, entre otros.
Otros momentos destacados de las fiestas han sido el reparto del panoli; el baile de gala de la reina de Fiestas, Alba Ferrer, y, por primera vez, el heredero mayor, Leo Galán; el 41º EbroCorrefuego de las Tierras del Ebro; la Diada de la Gent Gran amenizada por La Tuna Folk o la Diada del Riu con la carrera de andróminas, las regatas de muletas, el palo ensamblado, el concurso de pesca deportiva o la novedad de las bicicletas acuáticas.