Los tres inquilinos e inquilas de las viviendas de emancipación juvenil de la calle San Roque ya disponen de las llaves de los pisos municipales.
Este lunes, el alcalde, Adam Tomàs, acompañado de la concejala de Derechos Sociales y Ciudadanía, Núria Ferré, y varios jóvenes de la ciudad firmaban los contratos de alquiler por un plazo de siete años.
“Esta actuación recae sobre tres grandes pilares: aumentar el parque de vivienda pública, transformar el casco antiguo y rejuvenecer el barrio ofreciendo vivienda asequible”, concretaba Tomás, quien recordaba que todo ello ha contribuido a convertir en un espacio rehabilitado un conjunto de casas que, cuando se adquirieron en 2017, estaban en estado de ruina.
La convocatoria de los pisos municipales salió el pasado mes de abril y, para acceder, los solicitantes debían tener entre 18 y 35 años y estar empadronados en el municipio con dos años de antigüedad o bien haber sido empadronados durante un mínimo de dos años discontinuos dentro de los últimos cinco años, así como no ser titulares de ninguna otra vivienda.
También había que cumplir con los requisitos económicos: tener unos ingresos superiores a 2,2842 € (19.656 € anuales 1 miembro, 20.263,73 € 2 miembros, 21.134,13 € 3 miembros y 21.832,97 € 4 miembros o más) y máximo de 3 veces el SMI.
De las cuatro viviendas de la calle San Roque, las tres que se han adjudicado tienen dos habitaciones y el otro tiene tres.
La superficie oscila entre los 80,5 m² y los 103 m² y el precio del alquiler está entre los 402 € y los 515,10 € mensuales.
En las próximas semanas saldrá la nueva convocatoria para el cuarto dúplex que quedó desierto en la primera convocatoria, lo que consta de tres habitaciones.
En este caso, los requisitos mencionan que la unidad de convivencia debe estar formada por un mínimo de tres miembros y al menos uno debe tener una edad inferior a los 18 años en el momento de la presentación de la solicitud.
También se aceptará la posibilidad de que sólo sean dos miembros si uno de ellos uno tiene movilidad reducida acreditada.
Nueve viviendas en estado de ruina
El espacio entre la calle San Roque y San Isidro y la travesía San Isidro estaba formado por un conjunto de nueve viviendas en estado ruinoso o con problemas de ocupaciones. En el año 2017, el Ayuntamiento inició la transformación de este espacio con la modificación del POUM en el cambio de calificación a sistema de equipamientos en el ámbito de la planta baja para poder llevar a cabo el derribo de los edificios y la construcción, en el mismo espacio, del Espacio Mujeres y las viviendas públicas.
El presupuesto de esta actuación es de unos 764.714 euros.