Aprovechando la modernización del reloj de la torre de las Horas o campanario de Isanta de Solsona, que había quedado obsoleto, este miércoles el Ayuntamiento ha instalado una cuarta campana, visible desde la pared de poniente (la banda que da al edificio consistorial). Esto permitirá recuperar varios toques civiles y preservar la campana más grande y antigua, datada posiblemente del siglo XVII por la estética, que deja de tocar las horas y se utilizará exclusivamente para anunciar defunciones.
Como novedad, a partir del 30 de marzo, fecha del próximo Pleno, se podrán oír varios toques civiles mecanizados y programados digitalmente desde las dependencias municipales. Por un lado, el de difuntos –hasta ahora sólo se oye del campanario de la catedral para a entierros por la Iglesia–, a través de la campana grande (de 340 kilos y 84 centímetros de diámetro), el sonido más grave, con martillazos lentos e intervalos de 1,2 segundos, aproximadamente, y sin distinciones de género ni del lugar donde se celebre el funeral.
Las tres campanas pequeñas y medianas anunciarán también, con toques rápidos, enérgicos y desordenados, las fiestas de la ciudad en que salga la Corporación en comitiva. Finalmente, las campanas de poniente y mediodía anunciarán las sesiones plenarias del Ayuntamiento con dos avisos de quince segundos cada uno y un lapso de diez minutos antes de empezar el pleno.
“Consideramos que teníamos que aprovechar las posibilidades que nos ofrecía la inversión para modernizar el reloj para recuperar la tradición y apostar por los toques de campana civiles”, explica la alcaldesa, Judit Gisbert. “También son un medio de comunicación inmediato para los vecinos de poblaciones de dimensiones como la nuestra y sería una lástima dejar perder este patrimonio”, añade. La recuperación de toques se ha hecho con la colaboración del relojero solsonés Francesc Ester, responsable del mantenimiento hasta ahora del reloj analógico, y del experto en la materia y responsable de la empresa gerundense Rifer Rocafer, Joan Riera.
Asimismo, el toque de las horas del campanario civil solsonés ahora suena diferente, más agudo y flojo, ya que proviene de la campana de mediodía, más pequeña que la central, que se oía hasta ahora. Los cuartos los tocarán la campaña nueva y la pequeña de la parte superior del campanario.
La cuarta campana instalada, fabricada en Holanda para la fundición Rifer Rocafer, es de bronce (con una aleación del 78 % de cobre, 21 % de estaño y 1 % de plata), pesa 60 kilos, tiene un diámetro de 45 centímetros y lleva la inscripción “Ayuntamiento de Solsona 2022”. Con esta actuación, se da por completada la intervención que empezó el año pasado para renovar el campanario.
Reloj sincronizado con el de la catedral
En diciembre se sustituyó el reloj anterior (financiado en los años setenta por Joaquim Viola i Sauret, exalcalde de Barcelona, y actualmente expuesto en la planta baja del consistorio), ya que no funcionaba correctamente y le faltaba precisión. El nuevo reloj de la ciudad es digital, está sincronizado por radio con la misma antena que el de la catedral, con lo cual los dos campanarios de la ciudad tocan las horas simultáneamente, y permite la programación de diferentes toques. El conjunto de actuaciones han supuesto una inversión de 8.878 euros.
En Solsona y el Solsonès en la historia de Cataluña (Virgili y Pagès, 1987), Antoni Llorens se refería a una campana de la torre de las Horas datada de 1500 para tocar a fuego y sometiendo y otra que antiguamente tocaba las horas. También documentaba un contrato de 1517 para el mantenimiento del reloj y hacerlo tocar. Por su parte, Hechos, costumbres y leyendas. El Solsonès (Pagès Editors, 1994), de Joan Bellmunt i Figueras, se refiere a una campana creada “aproximadamente hace doscientos años”, sin inscripciones, bautizada con el nombre de Santa Maria del Claustre, para tocar las horas y que todavía existe.
Esta campana también hacía el toque de fiesta, hasta que se rompió durante la guerra de los carlistas, el de “necesidad”, el de “ladrones” o “a sometent”. El desaparecido campanero Pere Espinal i Vila (1918 – 2010) elogiaba el servicio de las campanas por su posibilidad de transmitir alegría, cuando había una festividad; tristeza, por las defunciones, y urgencia, y lamentaba el progresivo abandono de la tradición. Hoy, paradójicamente, la digitalización del reloj de la torre de las Horas de Solsona hace posible recuperar parte de aquel legado.