El Ayuntamiento de Manresa restaurará la torre Santa Caterina, una fortificación construida en 1836 y que es emblema del final del Camino Ignaciano. Los trabajos tienen el objetivo de revertir las patologías que actualmente afectan a la torre y abrirla al público como lugar donde poder contemplar la ciudad, con la instalación de una plataforma circular que actuará de mirador.
El proyecto se inspira en una propuesta que el artista visual Marc Sellarès hizo en 2017, que en aquel momento no se materializó por falta de presupuesto. Las obras tienen un coste de cerca de 250.000 euros, provenientes de los fondos Next Generation. El Ayuntamiento abrirá el concurso público la semana que viene para elegir la empresa que ejecutará los trabajos.