El 24 de noviembre se hará el encendido oficial de las luces de Navidad en Manresa. Toda la ciudad, y especialmente las calles y plazas del centro y el casco antiguo, quedarán bien iluminados, pero hay un punto donde las luces de Navidad serán muy especiales. Se trata de la calle Sant Andreu, donde jóvenes de diversas edades participan durante dos meses en unos talleres que se hacen dos veces por semana con el objetivo de crear unas luces de Navidad recicladas y sostenibles a partir de materiales en desuso.
Se trata de la segunda edición del proyecto 'Luces a la sombra', impulsado por las cooperativas de Manresa Cultura del Bien Común y la Codornella, que comparten espacio de trabajo en la calle Sant Andreu.
Maria Ribot, integrante de la cooperativa Cultura del Bien Común, explica que la idea del proyecto nació a raíz de la pandemia de la covid-19. “Compartimos un espacio de trabajo en el centro histórico y vemos que había muchos jóvenes en situación de aislamiento, de vulnerabilidad y de desconexión”, expone. Ante esto, decidieron unir la experiencia de las dos cooperativas —una dedicada a la consultoría cultural y la otra a la ingeniería—, para crear un proyecto que sirviera, sobre todo, “para crear vínculos sociales entre los jóvenes y también hacia la ciudad y hacia el entorno más inmediato, que es el barrio”.
“Al final la creación de las luces de Navidad es la excusa”, apunta Ribot. Aparte de la creación de vínculos entre ellos y con su entorno más inmediato, los talleres también les aportan conocimientos en electrónica y electricidad y también hay un componente creativo. De hecho, son los mismos jóvenes los que diseñan y crean todo el montaje de las luces de Navidad.
“Llegar a un país nuevo y no conocer a nadie es agotador”
Camila y Felipe son dos jóvenes colombianos de 21 años que llegaron hace poco más de un año a Manresa. Ambos participaron en la primera edición de 'Luces a la sombra' y este año han decidido repetir la experiencia.
“El año pasado me apunté porque quería conocer gente de otras culturas y este es un espacio muy libre y con un ambiente muy acogedor”, explica Camila, que también dice que le ha ayudado a aprender conocimientos en materia de electricidad.
Camila dice que llegar de otro país y no conocer a nadie es “agotador” y valora que este espacio le haya ayudado a relacionarse. De la misma opinión es Felipe —primo de Camila—, que dice que participar en los talleres también le han ayudado a practicar el catalán.
Los visitantes podrán hablar con la “conciencia” de la calle Sant Andreu
Si bien el año pasado se quiso simular la llegada de agua con las migas de colchones antiguos, este año se ha decidido crear unas estructuras con marcos de ventanas antiguos en los que se han colocado tiras de luces led. La peculiaridad, sin embargo, es que se le ha dado “una vuelta más” en el ámbito tecnológico y se le ha aplicado Inteligencia Artificial. Aleix Badia, de la cooperativa la Codornella, explica que en cada punta de la calle Sant Andreu colocarán unos códigos QR que se podrán escanear con el móvil. Una vez escaneados, los visitantes accederán a una aplicación y podrán hacer preguntas a la calle.
“¿Qué significa hacer preguntas a la calle?”, se pregunta Badia, respondiendo que significa que “el visitante podrá hablar de forma conceptual con lo que consideramos que puede ser la conciencia de la calle Sant Andreu”. A través de la Inteligencia Artificial, los ingenieros de la Codornella han programado el software para que éste pueda responder todo tipo de preguntas con un 'sí' o un 'no'. En función de cuál sea la respuesta, las luces harán un efecto luminoso diferente. Si la respuesta es un 'sí' harán dos destellos cortos y, en cambio, si la respuesta es 'no' harán un destello de luz largo.
Un centro de recuperación de aparatos abierto todo el año
A raíz de la iniciativa de 'Luces a la sombra' de ahora hace un año, las dos cooperativas de Manresa vieron interesante montar una actividad durante todo el año. A partir de aquí nació la idea del centro de recuperación de aparatos, que se puso en marcha el mes de mayo pasado y donde ya se han reciclado más de 150 kilos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.
En el mismo local de la calle Sant Andreu donde se hacen las luces de Navidad, todos los miércoles por la tarde varios voluntarios ayudan a todos aquellos vecinos que quieran reparar aparatos estropeados, desde máquinas de coser, despertadores o robots de cocina.
