Berga es una ciudad de la Cataluña Central conocida en todo el país por su fiesta popular principal, la Patum. La posible vuelta a la normalidad permitirá que vuelva a ser el corazón que hace latir la ciudad durante todo el año. Además, también será uno de los territorios afectados por la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno y piden una consulta que les tenga en cuenta a la hora de presentar la candidatura. Su alcalde, Ivan Sánchez, habla de ello en esta entrevista para La Ciutat tras tomar el testigo de Montse Venturós a la mitad de este mandato.
La pandemia ha marcado este mandato. Eres Alcalde desde julio de 2021, antes estaba Montse Venturós. Así que la primera parte de la gestión de la pandemia estuvo a cargo de ella.
La gestionamos básicamente entre tres. En aquel momento todavía teníamos el hospital bajo nuestra gestión y Montse se quedó el hospital, mientras que yo me quedé las residencias. Después también está el concejal de urbanismo, que es el que gestiona la brigada. Estuvo bastante activo porque la acabamos destinando a transportar material.
Muchos municipios destacan que han aprendido a gestionar de una manera diferente.
Hemos aprendido que, como sociedad, no estábamos preparados para el teletrabajo, aunque nos hemos adaptado muy rápido. Las partes informáticas de las administraciones han tenido que acelerar lo que seguramente habrían hecho en 10-15 años. Por otro lado, también hemos aprendido que el Gobierno central tampoco estaba preparado y las administraciones locales han estado en muchas ocasiones solas. En las primeras semanas, costaba que llegara material. A las residencias no llegaba nada. En un primer momento, pensabas: sanidad, primera línea de frente. Y resultó que el eslabón frágil de la cadena eran las residencias. Las primeras semanas fueron muy duras.
¿Cómo os habéis planteado esta reactivación económica frente a las últimas colas de la pandemia?
Muchos sectores han sufrido muchísimo y otros han sacado beneficio, sobre todo el sector alimentario, que vio cómo aumentaban sus ventas. El Berguedà era una comarca extremadamente industrial, ya desde la edad media, y a finales de los 80 y principios de los 90 esto desapareció. Actualmente, no nos hemos acabado de reconvertir. Hay un grueso importante de gente que trabaja en el tercer sector, tiendas, sector agroalimentario o el turístico, donde no suelen tener sueldos muy altos.
La apuesta por Berga y la comarca es volver a una reindustrialización. Esto pasa por el polígono de Berga, que está lleno, pero es un polígono pequeño. Y la apuesta de la comarca es por la industrialización del polígono de Olvan, el municipio vecino. Hay muchas hectáreas para poder industrializar y la Generalitat debe ponerse de una vez por todas porque estamos viviendo una emergencia. No es necesario que cree industrias nuevas, que también, sino que hay industrias en la comarca que necesitan más espacio o se marcharán.
La movilidad también ocupa un papel importante en la reactivación económica
La otra gran batalla implica reclamar mejores condiciones de movilidad. Hacia el sur tenemos una autovía, que desemboca en una de las pocas autopistas de pago que quedan. Sufrimos un agravio. Debemos reclamar una mejor movilidad para que la gente que tenga el trabajo en el AMB pueda desplazarse con mayor facilidad. También una mejor conexión en autobuses con líneas más directas hacia Barcelona. Y finalmente, nuestra utopía: el tren. Lo que está más cerca está en Manresa. La reclamación es que el tren vaya por el área de Sallent, que está en la frontera con el Berguedà. El hecho de no tener que ir hasta Manresa a coger el tren sería un pequeño paso hacia una movilidad más sostenible.
La conectividad es un aspecto importante también, como el 5G, para poder trabajar de una forma más cómoda. ¿Cómo está la conectividad en el territorio?
Se hace una apuesta para que llegue la conectividad a todos los pueblos, pero en algunos no llega porque son pueblos muy pequeños. Aquí el Gobierno debe hacer una apuesta. También por un tema de emergencia climática. No es lo mismo que, para una reunión de diez personas, tengamos que desplazarnos todos a la capital, que hacerlo desde el despacho de cada uno.
En el ámbito de la emergencia climática, ¿qué está haciendo Berga para caminar hacia la descarbonización?
Cambiamos todo el alumbrado de la ciudad a LED, lo que supuso un ahorro importante. Tenemos diferentes equipamientos municipales que los calentamos con biomasa, como la piscina cubierta. Además, se está empezando a hacer una apuesta por las placas fotovoltaicas en el polígono. En el Berguedà también se ha implementado el puerta a puerta y hemos pasado de ser una de las peores comarcas en recogida selectiva a ser una de las mejores. Faltan algunos pueblos por hacerlo, pero en 2022 todos lo tendrán. En movilidad de ciudad, estamos apostando por una movilidad más pacífica, más ordenada, para el peatón y la bicicleta. El problema que tenemos es la conectividad con las grandes urbes, que deben ser en coche.
El aspecto turístico también es fundamental para el territorio.
En turismo hacemos una apuesta clara por la sostenibilidad. Es un activo más. No queremos estar en contra del turismo, pero tampoco podemos meter todos los huevos en esta cesta. Si hacemos un monocultivo, ya sabemos qué pasa con los sueldos y la temporalidad. El turismo debe estar, pero debemos hacerlo más verde y sostenible.
Por otro lado, tenéis un buen jaleo con la organización de los Juegos Olímpicos.
Tenemos jaleo porque la Generalitat lo ha querido. El Solsonès, el Ripollès y el Berguedà son comarcas que se ven afectadas para bien y para mal. Es evidente que como Ivan tengo una postura muy clara, pero como Alcalde lo que debo exigir es que la Generalitat nos consulte y nos explique el proyecto. Si se da así, lo celebraremos y la gente podrá votar libremente. Después se deberán hacer las campañas por el sí o por el no, pero eso pide tener el proyecto sobre la mesa. Si no estaremos votando una cosa etérea.
El área de promoción económica urbana debe servir para dinamizar los comercios y la actividad económica.
Tenemos un proyecto que debe permitirnos hacer este diagnóstico claro de los problemas de nuestra ciudad y para que los comercios, no sólo se mantengan, sino que mejoren. Los comercios tendrán mucho que decir. Como Ayuntamiento, para mejorar el tema comercial debemos mejorar la conectividad con estas zonas. La vía pública debe facilitar que el peatón se sienta cómodo paseando. Cuando más se consume es cuando la gente va a pie.El pequeño comercio es el que da vida a la ciudad.
La limpieza de la vía pública suele ser uno de los factores más relevantes para los municipios.
El contrato de limpieza está caducado y estamos trabajando con uno nuevo. Hay calles que no se encuentran en el antiguo contrato y no se limpian tan a menudo como tocaría. Por tanto, el objetivo es sacarlo a concurso. Es cierto que el puerta a puerta nos han aportado beneficios en cuanto a recogida, pero nos ha traído unas problemáticas que no teníamos. Se han quitado los contenedores verdes y de papel y cartón y es una ciudad más ordenada. Pero luego hay gente que el puerta a puerta no lo hace como toca. Entonces, las bolsas no se recogen correctamente. Se está persiguiendo con la pedagogía de los informadores y la policía local. Estamos en este período de impasse que provoca imágenes desgraciadamente de suciedad.
¿Cómo planteáis la celebración de la Patum de este año?
Tenemos claro que habrá Patum. Hemos creado una comisión de trabajo con diferentes actores para verlo. La premisa de ahora es que será una Patum normal. Celebramos que después de dos años volvemos a hacer la Patum. El día de hoy es que en junio estaremos mejor, pero no me atrevo a predecir nada. Seguimos haciendo caso a las administraciones más grandes y confiamos en que sea lo más normal posible porque Berga lo necesita emocionalmente.
¿Qué otros aspectos de reactivación cultural destacas para Berga?
Patum lo vehicula todo. No vivimos de la Patum, pero sí que todos vivimos a su ritmo. Entonces, nos planteamos que algunas cosas de la misma fiesta debían cambiarse. Lo que es la parte de representación no la tocaremos, es patrimonio. Durante los 5 días de fiesta hay una feria y la estamos cambiando para crear un espacio de gastronomía local. Hasta ahora sólo se hacía un día de conciertos de jóvenes y hemos creado un gran espacio musical donde habrá conciertos de gran formato durante tres días. Es una forma de centralizar a la gente de la plaza. A partir del 7 de mayo también daremos el pistoletazo de salida a actividades vinculadas a la fiesta todos los fines de semana hasta llegar a Patum. Además, se recuperó el Carnaval, en julio están los héroes y, a partir de aquí, volveremos a la normalidad con las fiestas de barrio. Nos hemos centrado mucho en preservar la vida, pero toda aquella parte emocional no se ha podido cuidar.