El Ayuntamiento de Igualada ha puesto en marcha una campaña de civismo centrada en la prohibición de tirar bolsas de basura dentro de las papeleras, una mala práctica que últimamente se ha detectado en diferentes puntos de la ciudad. Así, se ha empezado con unos talleres para niños y niñas con el objetivo de concienciar sobre la importancia de separar los residuos y las consecuencias de malas prácticas como esta.
La primera charla ha tenido lugar este lunes 27 en la escuela Gabriel Castellà con los alumnos de primaria y se seguirá con otras escuelas. En los talleres se explicará a los niños y niñas dónde va cada residuo y la importancia de hacerlo bien.
En el marco de la misma campaña, se ha editado una hoja explicativa donde se explica la prohibición de tirar bolsas de basura a las papeleras y la sanción de hasta 400 euros que supone hacerlo.
Además, hay que destacar que los talleres en el aula se reforzarán con la campaña de reparto de bolsas de selectiva, baldes aireados (para la orgánica) y bolsas compostables. El día después de los talleres, este martes, las agentes cívicas han estado delante de la escuela Gabriel Castellà repartiendo baldes e informando sobre el reciclaje y las problemáticas asociadas al abandono de bolsas de basura en las papeleras. Continuando con la campaña, el jueves estarán en el paseo Verdaguer delante de la escuela Mowgli. El mes de abril las agentes empezarán a repartir el jueves 13 en el Paseo de las Cabras delante de la escuela Mare del Diví Pastor, el martes 18 delante de la Academia Igualada, el jueves 20 en la Plaza Pompeu Fabra al lado de la escuela Jesús Maria, el lunes 24 delante de la escuela Emili Vallès y el miércoles 26 en la Plaza Castells delante de la Escuela Pia y la Escuela Àuria como final del despliegue de la campaña delante de todas las escuelas.
El concejal de Sostenibilidad, Miquel Vives, explicaba que “todas las acciones que se están llevando a cabo en la ciudad tienen como objetivo fomentar el reciclaje y dar a conocer las mejoras que supone para el medio ambiente hacerlo bien, el coste ambiental y económico que supone. Y es que por cada kg de residuo no separado, se genera la emisión de 637 g. de CO2 a la atmósfera”.