Esta semana han finalizado los trabajos de la tercera y última fase del proyecto de rehabilitación y refuerzo estructural del Pont Nou de Manresa, una joya medieval de estructura gótica construida entre 1318 y 1323 bajo la dirección del maestro de obras Berenguer de Montagut y que está reconocida como Bien Cultural de Interés Nacional. El presupuesto de la obra ha sido de 275.000 euros (IVA incluido) y ha servido para reparar las fisuras y grietas en los paramentos vistos de los arcos 1, 2, 3 y 4. El alcalde de Manresa, Marc Aloy Guàrdia, y el concejal de Urbanismo y Movilidad, David Aaron López Martí, han visitado hoy la intervención.
Los trabajos de esta tercera fase se iniciaron el pasado agosto y se han llevado a cabo por un equipo de 8 técnicos especialistas en restauración, consiguiendo unos resultados excepcionales. La actuación se ha financiado con una subvención de 97.559 euros proveniente del Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya y —como ya se anunció— con parte del dinero proveniente de los fondos Next Generation, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, para la mejora de elementos patrimoniales de la ciudad vinculado s al Camino Ignaciano.
La actuación en el Pont Nou ha permitido resolver las patologías detectadas en los arcos. Principalmente, los muros presentaban pérdida de material de mortero de junta, con el consiguiente desprendimiento de los sillares de piedra, grietas y fisuras importantes por asentamiento del puente o por causa de la cesión del terreno, nidificaciones de aves y crecimiento de vegetación y hongos en los paramentos.
La intervención se ha centrado fundamentalmente en la consolidación estructural con morteros de cal natural y arenas pigmentadas, reposiciones con piedra natural y consolidaciones químicas para proteger el material lapideo. En la limpieza de vegetación y ataque biológico, se han aplicado tratamientos para reducir el crecimiento de plantas y hongos en los paramentos, y se han eliminado materiales constructivos no originales, como morteros de cemento pórtland o grafitos, que dificultaban la lectura constructiva. La metodología llevada a cabo ha respetado los restos de materiales originales.
Desde el inicio de su construcción en 1318, esta infraestructura ha sufrido diversos episodios de reconstrucción, demoliciones y reparaciones. Las primeras actuaciones documentadas datan ya del siglo XVII, a las que siguen toda una serie de reparaciones tanto por causas naturales (principalmente avenidas del río Cardener), como causadas por el hombre durante las diversas guerras que ha sufrido.
Durante el siglo XX, concretamente los años 1957 y 1962, se hicieron algunas intervenciones para resolver afectaciones. En los últimos años, diferentes estudios e informes realizados evidenciaron que el Pont Nou presentaba puntos de debilidad estructural que se concentraban en la base de los pilares, con excesiva carga transmitida al terreno de cimentación, presencia de fisuras generalizadas en los paramentos del puente y la posibilidad de que algunas bóvedas pudieran sufrir incrementos de las dimensiones de las fisuras por efecto de cargas concentradas.
Ante esto, en junio de 2001 se decidió cerrar el puente al tráfico rodado y se iniciaron una serie de trabajos de análisis para su estabilidad. En 2011 el Ayuntamiento de Manresa encargó un informe a una empresa especializada para evaluar el estado de conservación de la estructura del puente y para determinar las futuras actuaciones a realizar para asegurar su conservación. En 2013 —año en que es declarado Bien Cultural de Interés Nacional— se encargó el proyecto, que se dividió en tres fases.
En 2015 se iniciaron las obras de las dos primeras fases, con una inversión de 600.000 euros, financiada principalmente por el Plan Único de d’Obres i Serveis de la Generalitat de Catalunya (PUOSC) y la Red de la Diputación de Barcelona. Los trabajos permitieron reforzar la estructura —reparando y protegiendo la base de los pilares—, poner un nuevo pavimento e instalar redes de servicios y una nueva iluminación para embellecer el puente. Las mejoras se estrenaron en marzo de 2016. Quedó pendiente, sin embargo, la última fase, que es la que ha finalizado esta semana.
Una joya de la arquitectura medieval
Medieval y de estilo gótico, el Pont Nou de Manresa fue construido entre 1318 y 1323 bajo la dirección de Berenguer de Montagut, quien fue maestro de obras de la iglesia de Santa Maria del Mar de Barcelona, de la Seu de Manresa y de la iglesia del Carme, entre otros, y que se puede considerar uno de los maestros de obras más importantes de la Cataluña del siglo XIV. El Pont Nou representó una mejora relevante para las comunicaciones de la Cataluña Central, cuando Manresa era un punto de cruce entre los caminos de Berga, Solsona, Cervera y Martorell.