El Centre Cultural el Casino de Manresa acoge a partir de este jueves, 23 de marzo, la exposición “Homenaje a Toni Catany”, con una veintena de obras del artista manresano Jordi Soldevila Segura. El acto de inauguración se celebrará este sábado, 25 de marzo a las 19 h. Las pinturas, trabajadas con barniz y acrílico sobre papel, se podrán visitar hasta el 10 de abril.
Jordi Soldevila i Segura, es licenciado en bellas artes y diseñador de profesión. En Homenaje a Toni Catany se podrá encontrar dos influencias separadas tanto en el tiempo como en el espacio: la inquietante tradición simbólica de las “vanitas” tan característica de la pintura barroca y la admiración por la simplicidad y el silencio de las naturalezas muertas o “altares profanos” la última serie creativa de Toni Catany (1942-2013), una figura de referencia en el mundo de la fotografía española.
Según el artista, “en la vanitas se puede intuir la inutilidad de los placeres mundanos o la fugacidad de la vida. Sólo los objetos inanimados pueden perdurar, así como la luz que los rodea en silencio”.
Con la reinterpretación de la obra de Toni Catany cada pintura se convierte en una escenografía simple, elegante y dramática despojándola de lujos innecesarios o excesivos. Con la simbiosis de los dos mundos, emergen unas naturalezas muertas donde el silencio de la luz muestra una serenidad tal vez placentera, tal vez incómoda.
La exposición coincide de manera inesperada con la apertura después de muchos años de lucha del Centro Internacional de Fotografía Toni Catany en Llucmajor, Mallorca.
El artista y la técnica pictórica
Para Jordi Soldevila i Segura, crear es como respirar. No es un pasatiempo, es una forma de enfrentarse con el paso del tiempo, la injusticia o las incongruencias del mundo. En cada obra hay un poco de revuelta, de inconformismo y de lucha pero también de sensibilidad. Quizás por eso su obra es gestual, enérgica y espontánea, rica en matices, texturas y veladuras, y a la vez, poética.
La técnica pictórica utilizada es una técnica experimental a la que el artista ha llegado después de un proceso de estudio constante y a veces, azaroso, utilizando el barniz sintético como elemento base encima del papel. La disposición y cantidad usada de barniz, así como el secado, condicionará el aspecto visual final, convirtiéndose o bien una fina pátina invisible o bien una masa amarilla y carnosa adecuada para mutilar y marcar con buril, punzones y cepillos de púas. Es la pintura acrílica aplicada con esponja la que le permite magnificar o potenciar estas marcas encima del barniz, emulando, sin serlo, el efecto del grabado o de la litografía.