La concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Vic a partir de ahora se ocupará también de las cuestiones relacionadas con la lengua. "Creemos que el catalán vive un momento histórico en la ciudad en el que puede entrar en una fase de regresión", apunta Albert Castells (Junts), el nuevo alcalde. En una entrevista a la ACN, señala que el catalán tiene "buena salud", pero empieza a haber "síntomas" que les hacen estar alerta.
Capitaneada por la concejala Bet Piella, la nueva área tendrá el objetivo de garantizar que la lengua y la cultura catalanas sigan siendo "el pilar" de la cohesión social en la ciudad. De su predecesora, la ahora presidenta del Parlamento Anna Erra, Castells reivindica el hecho de que haya dejado una ciudad planificada, "que sabe dónde va".
Que el catalán siga siendo la lengua troncal en la ciudad. Con este objetivo, el alcalde de Vic, Albert Castells, quiere poner en valor la lengua para que la ciudad luche por mantenerla. "En los últimos años estamos viviendo una transformación social a todos los niveles y tenemos que encender las luces de alerta para corregir la situación y que el catalán siga siendo la lengua principal en la ciudad, como ha sido históricamente", señala Castells.
Para el alcalde, es importante estar atento en el mundo del comercio, de la empresa, el digital y también el social para que todos los vigatenses vean el catalán como una herramienta "fundamental" capaz de garantizar la cohesión social y el bienestar. "Y también nuestra manera de entender el mundo", añade.
"Solo hay que pasear por Vic y ver cómo empieza a haber situaciones en algunos comercios donde hay alguien que no te entiende o donde cuesta hacerse entender en catalán. O en la rotulación también empieza a haber mucha presencia de lengua castellana", explica Castells. Esto, según señala, también se empieza a ver en los patios de las escuelas.
La responsabilidad de la administración, señala Albert Castells, es crear un marco donde se puedan dar las condiciones para que los ciudadanos puedan seguir viviendo en la lengua histórica de la ciudad y del país. "Tener una sociedad vigatana que viva en torno a la lengua y cultura catalanas, pero lógicamente respetando las decenas de lenguas que hay en la ciudad que son también una riqueza para Vic", explica. El nuevo alcalde defiende vivir la multiculturalidad que ofrece una ciudad con un 28,8% de inmigración (Idescat, 2022) como un fenómeno que aporta un patrimonio muy rico, "pero garantizando la cohesión social desde la lengua y la cultura catalanas".
A grandes rasgos, las áreas más importantes del cartapacio son continuistas, con las concejalas Bet Piella (Cultura y Lengua), Núria Homs (Economía y Bienestar y Familia) y Elisabet Franquesa (Educación y Seguridad) como mujeres fuertes de Castells. Piella, Homs y Franquesa ya compartían responsabilidades en el gobierno de Erra durante la legislatura pasada. Como novedad, destaca la creación de una figura como portavoz del grupo municipal y del gobierno que ostenta la concejala Anna Alemany.
Defensa del pacto en minoría
A pesar de perder 3.700 votos, Junts ganó las elecciones el 28-M en Vic y consiguió ocho concejales. El escenario resultante, fruto también de una alta abstención, conformó un consistorio muy diverso con la entrada de hasta siete partidos. Este escenario ha llevado a Junts a pactar con los dos concejales de Ara Vic, la formación local del PDeCAT. A pesar de este acuerdo, Albert Castells gobierna en minoría con solo diez de los 21 concejales posibles. "El acuerdo con Ara Vic es un pacto natural y quiero poner en valor que nos deje en minoría", afirma. "La ciudadanía quiso un consistorio muy diverso y un gobierno a diez nos obliga a seguir negociando con el resto de formaciones", señala. Sobre la suma de un tercer actor para vestir una mayoría absoluta, sin embargo, no descarta ningún escenario.
Precisamente, por esta necesidad de tener que cerrar acuerdos con otras formaciones para sacar adelante los grandes proyectos de ciudad, Albert Castells defiende que "no tenía sentido" establecer un pacto de gobierno en minoría "hasta el último detalle". "El principal acuerdo es para la gestión de la administración, la gestión de los servicios públicos y nuestro modelo de ciudad a nivel global", explica Castells.
La extrema derecha, de nuevo en el consistorio
El alcalde no es partidario de establecer un cordón sanitario a SOMI, la formación de extrema derecha que ha obtenido dos concejales en el plenario y que está encabezada por el fundador de la extinta Plataforma per Catalunya, Josep Anglada. "Es un grupo que está en el consistorio y que han votado más de mil vigatenses. Se le tiene que dar turno de palabra. Se tienen que poder expresar y tienen que poder defender sus ideas", señala. "Para mí el límite está aquí. Cuando las ideas se mueven dentro del marco democrático y de respeto a los derechos humanos, son un grupo que se le tiene que escuchar y replicar. Si no salen de estas reglas democráticas y de respeto a los derechos humanos, seguiremos en los debates", defiende.
Castells reivindica una administración más ágil
Uno de los temas del mandato será la puesta en marcha del Club Patí Vic, que el 1 de enero de este año pasó a ser municipal después de tres años en concurso de acreedores. El Ayuntamiento de Vic y la entidad bancaria con quien tenía deudas el club llegaron a un acuerdo de compra por 1,1 MEUR, a pesar de que hacían falta 7 más para rehabilitar los espacios y ponerlos al día. El funcionamiento de los pabellones para las actividades deportivas federadas se ha podido mantener desde el primer día, pero no ha sido posible abrir al menos una piscina de cara al verano.
"Hicimos el trabajo y tenemos el dinero para hacer la inversión, pero la tramitación administrativa no lo ha permitido", explica Castells. El nuevo alcalde es muy crítico con las "trabas" de la administración a la hora de hacer inversiones, aprovisionamientos o compras. "Hacen falta medidas urgentes de reforma para agilizar la administración porque esto nos resta competitividad como ciudad y a nuestra economía", defiende. "Tendremos las piscinas próximamente porque hay el dinero, los proyectos y hay obras en marcha, pero es una cuestión de tiempo", dice. Sobre el modelo de gestión, Castells explica que se tiene que acabar de definir, pero es más partidario de una fórmula mixta, que pueda mantener la gestión municipal de los pabellones y apostar por la externalización de servicios en cuestiones como la piscina o el bar.
Otro de los grandes temas del mandato será el Mercado Municipal, que previsiblemente cerrará definitivamente este verano, a la espera de los requerimientos que ha hecho el consistorio a la concesionaria (Mermuvic). De este modo, el consistorio ha forzado la extinción de una concesión que los paradistas tenían hasta el 2030. Sobre el futuro de este equipamiento de la ciudad una vez vuelva a ser municipal todavía no hay consenso. Sobre si se tiene que proyectar uno nuevo o si el edificio tendrá que ir al suelo, el alcalde afirma que "todas las posibilidades están sobre la mesa y el nuevo proyecto se tiene que consensuar con el sector comercial de la ciudad".
Los problemas de movilidad del acceso norte de la ciudad por la Ronda Camprodon también será uno de los caballos de batalla durante esta legislatura en que se tiene que elaborar un plan urbanístico especial que contemple la creación de un nuevo acceso por el norte de la ciudad hacia el Hospital Universitario de Vic y que la oposición no ve con buenos ojos. Castells defiende convertir la Ronda Camprodon en una avenida y trasladar el tráfico por la Era d'en Sallés y abrir un acceso por el Puig dels Jueus que dé entrada al Seminario y al Hospital Universitario de Vic, un hospital de referencia comarcal.
El legado de Anna Erra
La presidenta del Parlamento, Anna Erra, fue alcaldesa de Vic durante ocho años. De su gestión, Albert Castells destaca el "dinamismo" económico, cultural, deportivo y asociativo que ha dejado. "Para mí es un privilegio coger la administración de un ayuntamiento saneado económicamente". "Además, Anna Erra dejó una ciudad muy bien planificada, con planes y programas aprobados por un amplio consenso. Ahora lo que hay que hacer es desplegarlo", señala Castells.