La madrugada del sábado al domingo, el barrio de Sant Cosme, en El Prat de Llobregat, volvió a ser escenario de disturbios y violencia cuando, poco antes de las tres de la madrugada, se apagaron las farolas de la calle Riu Llobregat.
Como activadas por un resorte, amparadas por la oscuridad, decenas de personas salieron a las calles a dirigir su rabia contra los Mossos -que habían preparado una decena de patrullas y furgones policiales, en previsión de incidentes-.
También se dedicaron a destrozar con piedras coches aparcados en la calle y diversos elementos del mobiliario urbano, y a prender fuego a varios contenedores de basura. Varios de los protagonistas de los disturbios se dedicaron a lanzar piedras desde un puente a los vehículos que circulaban por la B20, poniendo en grave peligro a los conductores que pasaban por allí.
VUELVE LA LUZ
Cuando la Brigada Municipal de El Prat consiguió restablecer el alumbrado urbano, sobre las cuatro y media, los vándalos se empezaron a dispersar. Los Mossos identificaron a muchos de los protagonistas de los disturbios, pero no practicaron ninguna detención, aunque han iniciado una investigación para detener a quien corresponda.
El barrio se ha levantado con importantes destrozos, tres vehículos completamente calcinados, pero afortunadamente no hay que lamentar ningún herido. Las protestas en este barrio marginal de El Prat de Llobregat se iniciaron después de la operación iniciada por los Mossos contra la venta masiva de droga que tiene lugar allí.