Vecinos de Vila-seca y la Canonja, en Tarragonès, han reclamado este domingo con una caminata reivindicativa la apertura del camino del GR-92 entre los dos municipios. El camino está cortado por una mediana de hormigón en la carretera de Bellissens, la T-315, en el término municipal de Reus, desde hace una década. Los vecinos lamentan que la mediana supone un impedimento para la circulación por el camino y apuntan que el hecho de que no esté adecuado hace que los visitantes expongan su seguridad si quieren seguir haciendo el recorrido por el GR. La caminata ha sido organizada por la entidad ambientalista La Canonja 3, el Ateneo Popular la Mina y el Casal Popular el Rebotim, de Vila-seca. La portavoz de La Canonja 3, Iris Cobacho, ha señalado que este "es un camino importante que conecta a la gente de los dos municipios" y que en diez años "no se ha buscado ninguna solución".
La solución que proponen las entidades es construir un puente que permita continuar por el mismo camino, tanto para ciclistas como para peatones. Si no, la otra solución pediría ubicar un paso de peatones que les permitiera cruzar la carretera con seguridad sin tener que traspasar la mediana de hormigón. "Queremos que se pueda volver a utilizar el camino, porque ahora llegas a la mediana, te tienes que parar, si vas en bici, la tienes que pasar al otro lado y es demasiado tiempo para estar por una carretera donde los coches van deprisa", ha dicho Cobacho, que defiende que la solución debe pasar sí o sí por el camino histórico del GR. "Si nos dicen que harán pasar el GR por otro lugar, no nos solucionan nada", señala. La marcha reivindicativa ha tenido el seguimiento de unos sesenta vecinos: una veintena que han salido desde Vila-seca y una cuarentena que han empezado a caminar hasta el punto de conflicto desde la Canonja, donde con tiza han trazado sobre la calzada el camino "natural" del GR. Esta no es la primera acción que hacen. En 2008 ya dirigieron una carta a la Generalitat, que tiene la titularidad de la vía, para pedir la apertura del camino, pero no recibieron respuesta. Después, se dirigieron al Síndic de Greuges y el Gobierno acabó respondiendo que los usuarios podían circular por el arcén de la carretera hasta la rotonda y, desde allí, donde no hay mediana, cruzar con cuidado. Cobacho ha explicado que esto hace que aquellos que quieran utilizar el GR se tengan que desviar y, además, ir en sentido contrario al tráfico en una de las dos direcciones. La portavoz de la Canonja 3 también ha dicho que les proponían que, desviándose del camino, se dirigieran a un polígono para no tener que saltar la mediana. Entonces, volvieron a reclamar al Síndic y el Gobierno apuntó, según Cobacho, que se miraría de hacer un paso de peatones. "Esto fue en 2013, estamos en 2017 y aún no hay nada", ha lamentado.
